viernes, 26 de febrero de 2010

Mis CINCO libros de Rafael Jiménez Cataño



1. "El idiota" de Dostoievsky.

La conmoción que esta novela me produjo se debe quizá al realismo del bien que desarrolla. La bondad del príncipe Mishkin no es la del que no incomoda a nadie, que secunda los deseos de los demás, que sufre él mismo con tal de que otro no sufra. El príncipe, en atención al bien del otro, es capaz de decir cosas incómodas. Un idiota, claro. Pero sobre todo es esplendor del bien, que no dejan de notar los que lo rodean. No es casualidad que aquello de que “la belleza salvará el mundo”, frase citada hasta la náusea, sólo aparezca en boca de otro, que quiere saber si de verdad el príncipe lo dijo, y no haya siquiera respuesta. No hay respuesta verbal, pero toda la vida del protagonista dice eso.

2. "The Gift of Asher Lev" de Chaim Potok.

Novela notable, que se trae de corbata otras del mismo autor, en primer lugar la que narra la infancia del protagonista ("My Name is Asher Lev") y luego otra pareja de historias igualmente concatenadas, "The Choosen" y "The Choice of Reuven". De todas he aprendido sobre la vida de los judíos y de hecho me han llevado a hacer mías varias de sus tradiciones (además de las innumerables que cualquier cristiano vive por el solo hecho de serlo, aunque no lo sepa). La vida de Asher, pintor mundialmente reconocido, que por otra parte vive una sincera ortodoxia religiosa –de ahí su singularidad–, proyecta luces inéditas sobre la unidad de todas las dimensiones de la vida de un artista. Hay dos sabidurías admirables, la de la madre y la del rabino jefe, que dejan ver la posibilidad de tener cintura y al mismo tiempo ser fieles. También es hermoso ver en concreto la pluralidad de maneras de vivir con fidelidad la ley.

3. “A Good Man is Hard to Find and Others Stories” de Flannery O’Connor.

También aquí me refiero a una constelación. De ella he leído una novela y casi todos los cuentos. He recibido protestas por haber recomendado algún título suyo, pero lo mismo me sucede con la música contemporánea que escucho. La culpa es siempre mía, por no preguntar antes: ¿qué te gusta?, ¿qué te esperas?, ¿tienes oído para la música contemporánea? (También me han dicho de todo por recomendar "El reflejo de lo oscuro", y es comprensible: pobre lector, que tan a gusto estaba y se ve catapultado a un nuevo estilo de vida, o a la fatiga ininterrumpida de acallar la conciencia.) Flannery es lo más alejado que se pueda uno imaginar del escritor edificante que narra vidas católicas. Todos sus personajes son más bien raros, o al menos peculiares, porque todos están necesitados de redención, y todos tienen algún momento de gracia, un momento en el que pueden aceptar o rechazar la redención. A veces se acepta, a veces –las más– se rechaza. En la irrupción de la gracia intervienen los más insospechados colaboradores (son ellos los primeros en no sospecharlo, empezando por el demonio).

4. "El Quijote" de M. Cervantes.

Ejemplo perfecto de clásico, al menos para mí, que lo leo y releo. Lecturas integrales, sólo estoy seguro de tres, pero son incontables las ocasiones en que tomo un capítulo y me lo saboreo despacio, y luego otro, no siempre consecutivos. Y que no me propongan para un programa de concurso, porque lo pierdo. Tengo el inestimable don del olvido gracias al cual los desenlaces y puntadas me agarran siempre de sorpresa. Entre las sorpresas, una que he vivido varias veces se refiere a la relación entre las dos partes. Después de mi primera lectura, y tal vez aún después de la segunda, yo tenía la convicción de que la primera parte era superior a la segunda y que de hecho me gustaba más. Luego, cada vez que me entraban ganas de releer un pasaje, buscaba y buscaba, y me desesperaba porque no lo encontraba. Es que buscaba en la primera parte y siempre resultaba ser de la segunda. La antropología de fondo es de una sabiduría desarmante. A esta delicia se añade, en mi caso, la de encontrarme una y otra vez formas lingüísticas normales hoy en día en México y desconocidas en España, “los mexicanismos de Cervantes”.

5. San Juan, Primera Carta.

Aunque el Nuevo Testamento lo he leído entero varias veces (basta hacer como Beethoven, que todos los días dedicaba unos minutos a esa lectura), esta breve carta me atrae como un imán, es de vértigo. Para empezar anuncia una revelación, que no es otra que la aludida por la palabra “evangelio”, pero Juan dice que lo que se ha manifestado es la vida. Es en esta carta donde se dice que Dios es amor. Y también que Dios es luz. De las dos caracterizaciones de la divinidad se derivan criterios muy claros para entender quién está del lado de la vida y quién del lado de la muerte, pero esto, que se expone de manera neta, convive con una comprensión, una capacidad de acogida a toda posible situación del hombre falible que francamente cautiva. Al mismo tiempo que se invita a evitar el pecado, se hace ver que aún cayendo la vida continúa, porque Dios es más grande que nuestros corazones y además somos hijos suyos. De ahí las relecturas engolosinadas. Juan dice que comunica esto para que la alegría de sus destinatarios sea completa, lo cual quiere decir que él presupone en ellos una vida de alegría. Para un estudioso de la argumentación, como es mi caso, fascina sobremanera la cantidad de esquemas argumentativos que, tomados a la letra, serían magníficos ejemplos de errores lógicos, y que sin embargo se sostienen perfectamente si se leen en el horizonte vital adecuado.

"Lo desconocido es entrañable. Arte y vida en Octavio Paz" de Rafael Jiménez Cataño, Editorial Jus, 2008, 220 págs, 159$.

La reiterada discusión sobre la razón de ser de la poesía encuentra en la obra de Octavio Paz argumentos que subrayan la enorme sed humana de encontrarse en la palabra y por la palabra. Rafael Jiménez Cataño, reconocido filósofo y académico mexicano, hace aquí una revisión completa de lo que este gran poeta dijo en sus obras sobre la necesidad de la poesía.



Autor

Rafael Jiménez Cataño, nacido en San Luis Potosí en 1960, es Profesor Ordinario de la Facultad de Comunicación Institucional de la Universidad de la Santa Cruz, en Roma, donde reside desde los años ochenta. Cuenta numerosos ensayos: “Copulatio in Peter of Capua (12th Century) and the Nature of the Proposition” (Berlín – Nueva York 1996), “El valor unitivo de la distancia en el diálogo” (Aguascalientes 2002), “Wishful Thinking and Argumentation through Metonymy” (Edsbruk 2004), “The Role of Goodwill in Conflictive Communication” (Bucarest 2007), y la recopilación "Mi verdad, tu verdad" (Aguascalientes 2007). Entre las revistas con las que ha colaborado en México se encuentran Vuelta, Istmo y Paréntesis. En Ixtus mantuvo la columna “La bendición de Babel”.

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Foto de autor: © Sanmillán.

jueves, 25 de febrero de 2010

Mis CINCO libros de Edgar Omar Avilés


1. "Valis" de Phlip. K. Dick.

Cuando pareciera que Dick ya había dado todo lo que podía dar, que sólo le restaba repetirse o guardar silencio, exhala su penúltimo aliento; su penúltima novela que es una las más ambiciosas que se han escrito. Autor que en sus años más frenéticos escribió novelas en tres meses (previa ayuda de anfetaminas, alcohol, marihuana y Dios sabe qué más), para ésta requirió casi diez años. Mezcolanza afortunada de filosofía, ciencia ficción, autobiografía; un capricho o la más honda necesidad de un genio demente.

2. "El proceso" de Franz Kafka.

A mi gusto, la obra cumbre de Kafka. La angustia, la tensión, el sinsentido. La pequeñez del hombre cuyo caos está rebasado por caos más poderosos. Nunca olvidaré la emoción del último capítulo: luego de seguir la vertiginosa trama en donde pareciera que no pasa casi nada, como si fuera descendiendo por la espiral de una concha de caracol, luego de eso, Kafka tiene los (tengo que usar esta palabra: no hay otra) huevos de un último capítulo donde todo pasa tan rápido que resulta aún más maravillosamente agónico el destino del protagonista.

3. "Farabeuf" de Salvador Elizondo.

Una obra más homenajeada que leída. Una obsesión, un instante, casi una fotografía. Ni novela, ni cuento, ni poema. Es. Es el doctor Farabeuf a un paso de amputar; es el ruido de la madera cediendo bajo los pies del doctor; es una playa, con su espuma, con su arena, con una mujer vestida de luto paseando a un perro. Una obra que borra los límites de los opuestos: es odio y amor; muerte y la más intensa necesidad de vivir; es sentir que tu cuerpo lo llena todo y que sin embargo no existe; es instante y eternidad; es suerte y destino. Una obra tan femenina y tan masculina que da miedo.

4. "La Isla del Tesoro" de Robert Louis Stevenson.

En algún punto, uno no sabe si seguir leyendo o aventar el libro lanzarse en el primer barco en el que uno se pueda colar para vivir la aventura. La novela de piratas más emocionante, mejor escrita, con los personajes más intrincados. No es posible no querer y no odia, con la misma intensidad, al pirata John Silver. Es de esas obras interminables, que hay que leer de niño, de joven y de adulto.

5. "Salón de Belleza" de Mario Bellatín.

En unas pocas cuartillas, Bellatín transforma un salón de belleza en el moridero: un lugar donde van a pasar sus últimos días los que están enfermos de cierta enfermedad innombrable y penosa. Con una sutileza notable, la novelita (por ser muy corta) nunca deja de ser graciosa, angustiante, muy bella sin necesidad de metáforas. En ella se puede olor lo más horrible y lo más hermoso de lo humano. Dios bendiga a quienes, pudiendo alargar una obra cien cuartillas para agradar a los editores o a los lectores despistados, deciden contar todo aquello, y nada más, que la historia pide.

"Lenta Turbulencia" de Luis Miguel Estrada, Alfredo Carrera, Atahualpa Espinosa Magaña, EDGAR OMAR AVILÉS, Editorial Jus, 2010, 136 págs., $. A la venta en la Feria del Libro de MInería, stand #1546.

"Lenta turbulencia" reúne los textos de cuatro de los autores michoacanos más sobresalientes de su generación. La alta capacidad de fabulación y los mundos imaginarios son una constante en los cuentos aquí reunidos. Luis Miguel Estrada nos cuenta sobre una sociedad futurista, Alfredo Carrera nos lleva por el territorio del amor mal correspondido, Atahualpa Espinosa nos muestra los juguetes electrónicos de última generación en tanto Édgar Omar Avilés conjuga la imaginación con la ciencia y con la magia. En este libro hay mundos sórdidos y violentos, turbulencias que todo lector agradecerá en medio de la literatura consumista de hoy.


Autor

Edgar Omar Avilés, nació en Morelia, Michoacán, en 1980. Es egresado de la SOGEM, tesista en la maestría en Filosofía de la Cultura y becario del FONCA 2009-2010. Premio Nacional de Libro de Cuento San Luís Potosí 2008, Premio Nacional de Cuento Magdalena Mondragón 2006, Premio Binacional de Cuento México–Québec 2003, Premio de cuento Punto de Partida 2002, entre otros. Autor de "La Noche es Luz de un Sol Negro" (Ed. Ficticia, 2007, cuentos) y de "Guiichi" (Ed. Progreso, 2008, novela). También ha publicado en periódicos, revistas y antologías, entre ellas en las ediciones 2004 y 2005 de "Los mejores cuentos mexicanos" (Ed. Joaquín Mortiz). Condecoración al Mérito Artístico Juvenil de Michoacán 2009. Cibervive en www.rasabadu.blogspot.com. Editorial Jus acaba de publicar dos antologías en las que aparecen cuentos suyos: "Negras intenciones. Antología de género negro" por Rodolfo J.M. (2009) y "Lenta Turbulencia" (2010).

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Mis CINCO libros por Hélène Rioux



Los 5 libros que han marcado mi vida.
Traducción: Roberto Rueda Monreal.

1. "Las mil y una noches".

Una lectura de juventud que me había encantado, no tanto por las historias que contaba sino por la forma: una historia que contiene una historia que contiene otra historia. Una cadena infinita. Como la vida… El poder de las palabras, la fuerza del imaginario: el sultán cautivado es incapaz de matar a Sherezada.

2. "El idiota" de Fedor Mikhailovich Dostoievski.

Todos los libros de Dostoievski me han marcado. Cuando recién cumplí los veinte, ya los había leído, más bien devorado, en una especie de delirio. Los personajes me interpelaban, sus interrogantes y sus angustias eran las mías. Hoy me resulta difícil escoger uno en especial. Sin embargo, creo que "El idiota" es el que más me perturbó. En esta novela, el príncipe Mishkin es un personaje perfectamente bueno –podemos verlo como una encarnación de Jesucristo- y, sin embargo, es a través de él que llega todo el mal– y la desgracia. Para mí, era una demostración desesperada del fracaso de Jesucristo. Un libro que me aniquiló.

3. "Los alimentos terrenales" de André Gide.

Por la perfección de la lengua. Un libro que leí y releí, a veces en voz alta, por la música de las palabras. Un libro sobre la belleza infinita de la vida. Como a los veinticinco años, hice un largo viaje con mi hijo, y fue el único libro que me llevé. Podía abrirlo en cualquier página: el encanto siempre era el mismo.

4. "El asesino ciego" de Margaret Atwood.

La historia de dos hermanas, Iris y Laura, en el Toronto de los años treinta. Una de ellas –¿pero cuál de las dos?– vive una relación con un hombre que escribe relatos inspirados en esta historia. La otra escribe una novela que también narra este amor. La forma –espiral y laberíntica–, los múltiples niveles y el efecto espejo me deslumbraron. Una novela magistral, temiblemente irónica e inteligente, escrita por una pluma canadiense mayor.

5. "El Diario de Vaslav Nijinsky" de Vaslav Nijinsky.

La lectura del diario íntimo que el genial y atormentado bailarín escribió durante algunos meses, mientras sentía que lo traicionaba la razón, fue para mí un shock y una revelación. Un clavado absoluto al corazón de lo humano. Un libro único, que baila en equilibrio a la orilla del abismo. Abrió algo en mi interior. Fue después de que lo leí que “sentí”, "Traductora de sentimientos", la novela con la que había estado soñando algunos años, sin llegar a escribirla.

"Traductora de sentimientos" de Hélene Rioux, Editorial Jus, 2009, 216 págs., 169$. Traducción: Roberto Rueda Monreal.

Este libro, apoyado por el FONCA en su categoría de traducción, es una de las obras más importantes de la literatura actualmente escrita en Canadá. Eleonore, traductora de novelas rosas, toma el encargo de traducir la biografía de Leonard Ming, asesino serial recientemente ejecutado. Mientras avanza por la traducción, una serie de hechos la obligan a pensar en su vida, en su hija perdida y en la relación que el hombre guarda con la violencia vista a través de los ojos de este asesino en serie. Al mismo tiempo conoce a un amante, lo deja, se entera de unas chicas perdidas muy cerca del pueblo español donde reside mientras termina la traducción. Este libro es una de esas novelas que no se deben de perder, con un lenguaje que se pone a prueba a cada momento y una capacidad para reducir a su mínima expresión el terror que puede producir en hombre es como Hélene Rioux hace su entrada triunfal en las letras en idioma español.

Autora
Hélène Rioux nació en Montreal. Pasa parte de su tiempo en Québec y España. Ha recibido numeros premios como el Ringuet y el de la Academie des letras de Quebec por "Traductora de Sentimientos" y el premio QSPELL por su trabajo como traductora.

Traductor
Roberto Rueda Monreal es politólogo egresado de la UAM y tiene un diplomado de Traducción Profesional del Instituto Francés de América Latina. Es articulista de medios como Milenio y NotieSe. Ha traducido otros libros que se encuentran actualmente en el mercado como "Quetzacoátl", "El Hombre Huracán" y "La iglesia ortodoxa" (Jus, 2010).

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Foto: Hélène Rioux y Roberto Rueda Monreal durante la presentación de "Traductora de sentimientos" en la FIL Guadalajara, 2009.

Mis CINCO libros por Manuel Parra Aguilar


1."Por quién doblan las campanas" de Ernest Hemingway. Además de ser la primer novela que leí completa (tardé alrededor de 5 meses en terminarla, no porque no me haya conmovido sino porque entonces mis prioridades estaban alejadas de la literatura), el período de mi vida en el cual me encontré con esta novela fue decisivo para acercarme un tanto a la creación literaria. Soy un lector tardío: tendría alrededor de diez y ocho años (diez y ocho años yo, no la novela) cuando la leí. Después investigué del autor y durante algunos meses rondó en mi cabeza la manera en la que se había suicidado su autor y los supuestos móviles. Creo que hasta tuve pesadillas.

2. Epidérmicamente lorquiano. Aquellos que me conocen, y los que no también, no dudarán en que el "Romancero gitano" de Federico García Lorca ha sido uno de mis libros de cabecera, aunado al "Poeta en Nueva York", título tan sugerente e imposible. Tanto la pasión dramática plena de significados y símbolos tan caros en el poeta unversal de Granada se encuentran en el Romancero gitano. De una simple imitación de la poesía lorquiana (mía), queda simplemente el recuento por hacer las cosas de mejor manera. Eligo este libro por cuestiones afectivas. "Romancero gitano", un libro que leo y recito.

3. Después de un largo periplo poético me encontré con "El público", del mismo Federico García Lorca. Como en “Mis CINCO libros” tengo que decidirme por sólo cinco, al lado de "Romancero gitano" me quedo con esta obra de teatro del escritor español más leído, después de Miguel de Cervantes. Tanto el tema como la forma me parecen de lo más logrado entre lo logrado del genio granadino. "El público" no sólo se acerca al teatro experimental de la época, sino que llega hasta un más allá en efectividad.

4. "Cantos para una exposición". Por casualidad me encontré con este libro en un supermercado local (en Hermosillo) a un precio realmente accesible. Años después me presentarían al autor, el poeta mejicano Eduardo Langagne. En "Cantos para una exposición" vi clara y concisa la argumentación musical y plástica de la poesía. Entonces me ocupé de atrapar esos claros ejemplos en la palabra no sólo escrita, predicaciones con el ejemplo del maestro Langagne.

5. De los últimos libros que he leído, me quedo con un título de Juan Marsé: "Últimas tardes con Teresa". El libro me apasionó desde el inicio y al cabo de su lectura deseé con fervor otros títulos del novelista español, sin que algún otro lograra atraparme como sí lo hizo con la historia del Piojoaparte y la niña rebelde de nombre Teresa.

"Contrataciones" de Manuel Parrar Aguilar, Editorial Jus, 2009, 88 págs, 99$.

Una radiografía del medio literario. Autores que se venden para ganar premios, escritores de un solo cuento y resentidos de oficio pueblan este libro que ofrece una mirada hosca y divertida del ámbito de la escritura.


Autor

Manuel Parra Aguilar (Hermosillo, Sonora) realizó estudios de literaturas hispánicas en la Universidad de Sonora. Premio Internacional de Poesía Oliverio Girondo 2005, organizado por la Sociedad Argentina de Escritores, SADE, delta bonaerense, San Fernando, provincia de Buenos Aires, Argentina. Junto con Josué Barrera dirigió la revista de literatura «La línea del cosmonauta». Beneficiario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Sonora, 2010. Libros: "Más le valiera morir" (Poesía), Rivas Hernández, Editores, 2009; "Contrataciones" (Cuento), Editorial Jus, 2009.

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Foto del autor: © Julia Melissa Rivas.

martes, 23 de febrero de 2010

Mis CINCO libros por Moisés Sheinberg



Me han pedido que escoja cinco libros que marcaron mi vida. ¡Sólo 5! Está difícil hacer de lado tantos volúmenes maravillosos que no podrán entrar en esta selección. La manera en que he procedido a escoger estos cinco títulos es pensar en las distintas etapas de mi vida y buscar un libro para cada una. Aquí va, espero que los libros que no aparecen en la lista no me guarden rencor.

1. En mi adolescencia temprana me enamoré de los libros. En esta etapa me cautivaron las historias, las aventuras y las vivencias. Autores como Wells, Bradbury, Verne, Saint Exupery, Dumas, Herbert o Salinger me llevaron en viajes maravillosos. Sin duda, el que más me marcó fue "El Señor de los Anillos" de J.R.R. Tolkien.

2. En preparatoria descubrí que los libros podían tener algo más que cuentos. Se le podía rascar a la superficie para encontrar capas y capas de significados ocultos. Encontré partes de mi alma en personajes de autores como Hess, Kafka, Cortázar o Kundera. El ganador para esta etapa, aunque no por mucho, es Dostoievski, en especial "Los Hermanos Karamazov".

3. Los libros de cuentos y los relatos de terror tuvieron un auge en mi vida por ahí de mis veinti-pocos años. Cargaba siempre libros de Borges, Hemingway, Lovecraft, Dahl, Melville o Maupassant. El libro que más me marcó en esta época y que es, sin duda, el que más veces he releído:"Cuentos reunidos" de Edgar Allan Poe.

4. Entrando en los treintas comencé a conocer la literatura contemporánea. Aquí sí está dificilísima la decisión. Ishiguro, Vila-Matas, Ondaatje, Lispector, Oz, Baricco, Murakami, Rushdie, Bellatin, Atwood, tantos y tantos autores bailan por mi cabeza gritando ¡Yo! ¡Yo! El ganador de esta época es "La Trilogía de Nueva York" de Paul Auster, la razón es que fue el libro que le abrió el camino a los demás de esta categoría.

5. En los últimos años he descubierto un rincón maravilloso que había estado oculto durante mucho tiempo: la poesía. Me he encontrado con autores inolvidables como Rilke, Huidobro, Whitman, de nuevo Borges, Desnos, Paz. De esta temporada me quedo con "Poeta en Nueva York" de Federico García Lorca.

"Las niñas topo y la leyenda de Gilgamés" de Moisés Sheinberg, 2009, 126 págs., 149$. Ilustraciones de Elena Pietrini S.

Febe y Miranda son las niñas topo, un par de niñas que se encargan de descubrir misterios y sortear grandes aventuras. En esta su primer aventura tratan de resolver el misterio de unas tablillas perdidas de la cultura mesopotámica. En el camino enfrentan una serie de obstáculos de lo más variados: desde el grupo de niñas odiosas del colegio, hasta verdaderos seres sobrehumanos a los que tendrán qué detener. ¿Qué enigma encerrará ese extraño símbolo hallado en el sótano de una vieja casa? Adéntrate en esta emocionante aventura en donde la lealtad y el valor son piezas claves para encontrar la respuesta.


Autor
Soy ingeniero en electrónica y comunicaciones, con maestría en tecnología educativa. He trabajado durante muchos años en áreas de capacitación, comunicación corporativa y mercadotecnia. Desde niño me encantaban los libros de ficción y soñaba con escribir. Al fin, aunque tardíamente, a los 35 años empecé a escribir y a asistir a talleres de creación literaria (con Guillermo Samperio, Juan Carlos Quezadas ("Corazón mecánico", Jus), Salvador Castañeda, Beatriz Escalante). Motivado por mis hijos, escribí novelas infantiles, primero "Las niñas topo y la leyenda de Gilgamés" y, después, "Estrellas de vainilla", el primero publicado por Editorial Jus y el segundo por Ediciones El Naranjo, ambos en 2009. Ya escribí la continuación de "Las niñas topo", se encuentra en proceso de edición con Editorial Jus. Adicionalmente acabo de terminar una novela y un libro de cuentos que aún no publico. Mis pasatiempos favoritos son: leer, pasar tiempo con mis hijos, tocar piano, ir a conciertos, ver cine de arte y pasear por los parques y museos de la ciudad.

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lunes, 22 de febrero de 2010

Mis CINCO libros por Yolanda de la Torre


1. "Opus nigrum" de Marguerite Yourcenar.

La historia de Zenón, un médico medieval, es la de un personaje cuyo destino es tan excepcional como su vida, y constituye a la vez un recorrido por la Europea previa al Renacimiento y la Ilustración. Debo haberlo leído cuando tenía alrededor de diecisiete años, edad en que uno recibe con fervor cualquier historia que le permita sentirse diferente de los demás. Por entonces nació también mi pasión por la novela negra y la nota roja. "Opus nigrum" me sedujo lo suficiente para olvidarla aunque fuera por un rato, pues aún la conservo.

2. "A sangre fría" de Truman Capote.

Entre los dieciocho y los veinte años fue el libro que más profundamente me afectó, desplazando a "El mundo según Garp" de John Irving. La historia del crimen perpetrado contra la familia Clutter por Dick Hickock y Perry Smith se tradujo en mi cabeza en un inacabable vuelco psiquiátrico que exacerbó mi ya desmesurado gusto por el género negro. Aún me sorprende que a Capote no se le haya dado el Pulitzer.

3. "Las mujeres de Yoel" de Amos Oz.

Leí esta novela del israelí ya bien entrada en mis veintitantos años y me resultó un libro tranquilizador. Con una narrativa calma, reflexiva, "Las mujeres de Yoel" me permitió compartir la extraña serenidad del protagonista en un mundo que poco a poco se caía en pedazos, pero donde parecía no suceder nada (lo que me recuerda "Un hombre serio", la más reciente película de los hermanos Coen). El resto de la narrativa de Oz es igualmente espléndido.

4. "El año de la muerte de Ricardo Reis" de José Saramago.

Aunque hoy el mero nombre de Saramago me saca salpullido, esta novela de extrema belleza me cautivó a tal punto que me volví una implacable fanática no de Reis, sino de Caeiro. La trama sigue las andanzas imaginarias del heterónimo de Fernando Pessoa hasta bordear el realismo mágico. Ésta es una de mis novelas favoritas del portugués, entre las que también se cuentan "Historia del cerco de Lisboa" y "Memorial del convento".

5. "Pastoral americana" de Philip Roth.

Es la primera novela de la “trilogía americana” del escritor (le siguen Me casé con un comunista y La mancha humana). Esta espléndida obra –algunos la llaman “obra maestra” – nos devuelve a los años sesenta en Estados Unidos: mientras tenemos como telón de fondo una vida tan idílica como respetable, una bomba estalla para sumirnos en el desorden de un país abatido por su propio letargo. Se la recomiendo a cualquiera que quiera ver desplomarse el sueño americano.


Autores antologados: Francisco G. Haghenbeck, Paul Medrano, Orlando Ortiz, Yolanda de la Torre, Gerardo Sifuentes, Alfonso Morcillo, Ricardo Guzmán Wolffer, J.M. Servín, Bernardo Fernández BEF, Antonio Malpica, Mauricio Alvarado, Rodolfo J.M., Edgar Omar Avilés, Vicente Alfonso y Benito Taibo.


Autora
Yolanda de la Torre nació el 4 de noviembre de 1967 en la Ciudad de México. Cursó estudios de sociología y letras hispánicas que nunca concluyó. Posteriormente ingresó a la Escuela de Escritores de la Sociedad General de México (Sogem), cuyo diplomado sí terminó y le abrió las puertas a la revista Plural de Excélsior. Dado que en la escuela comprendió que nunca sería una buena narradora de ficción de largo aliento, decidió dedicarse al periodismo, la poesía para niños y la microficción, lo que le ha permitido publicar en varias revistas nacionales y en diversos blogs. Trabajó en Canal 11 como jefa editorial del sitio web de la emisora, y en Canal 22 como fundadora y editora en jefe de la agencia de información cultural Noticias 22, donde también fue colaboradora del noticiario Ventana 22, hoy Noticias 22, y de el programa El Rotativo. Actualmente imparte talleres de periodismo, redacción y creación literaria en distintos espacios auspiciados por la Sogem y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), tiene un taller literario libre para adolescentes y se encuentra filmando un documental independiente sobre José Luis Calva Zepeda, mejor conocido como el Caníbal de la Guerrero.

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viernes, 19 de febrero de 2010

Mis CINCO libros por Alfonso Morcillo


5 autores 5

A veces las elecciones responden más a estados de ánimo pasajeros. Al momento de escribir esto no me encuentro muy animado, aún así intentaré ser fiel a mí mismo y a mis obsesiones literarias.

1. John Fante

De él puedes leer todo o sólo una obra. Pero si lees sólo una no podrá dejar de leerlas todas. Al menos eso me pasó a mí y no conozco a nadie que solamente se haya conformado con "Pregúntale al polvo". Ahí se encierra la majestuosidad de la obra de Fante, su madurez literaria pero al mismo tiempo su ferocidad, fortaleza y rebeldía juvenil. Todo en un mismo libro. Fante escribió este libro sin miedo de las palabras. Su maduración y vejez trajeron otras obras, siguiendo sus mismas obsesiones e incluso continuando la saga de Arturo Bandini, pero el viejo diabético ya no lograría el entusiasmo ni la rabia de "Pregúntale al polvo", aunque "La cofradía de la uva" se acerca bastante. No leas sólo "Pregúntale al polvo", lee todo Fante.

2. Cormac McCarthy

A últimas fechas afamado por la adaptación de una de sus obras al cine, McCarthy es un viejo huraño que muestra en sus libros personajes que actúan sin piedad, marcados por su destino, sin atinar a poder salirse de él. Personajes ubicados en desiertos y lugares casi inhabitados. A una soledad corresponde otra soledad. Lo mismo que Fante, McCarthy no es de un libro, es de todos sus libros, pero si vas a empezar por alguno empieza por "Todos los hermosos caballos" y sigue con "En la frontera" y después entonces, si te queda aliento sigue con "Hijo de dios" y termina con "No hay lugar para viejos" y "La carretera".

3. Philip Roth

Del gringo judío igualmente puedes leer todo, pero no te alcanzará la vida para ello. Te puedes conformar con leer "Patrimonio" y será suficiente para que no vuelvas a ser el mismo ni veas a tu padre de la misma forma que lo has visto ni te veas a ti mismo como te has visto hasta ahora. "Patrimonio" no es una novela, es la narración de una parte, la final, de la vida de Roth y su padre. No creo que le den nunca el Nobel a Roth, y será mejor así.

4. Chester Himes

Este negro escritor de novelas negras no es tan conocido como los otros, lo que no importa para tratar de conseguir sus libros. Historias donde la violencia a ciegas es la protagonista, donde los negros padecen un racismo que parece no existir y cada personaje se ve atrapado por sus propias acciones, en espirales sin fin. "Un ciego con una pistola", "Por amor a Imabelle", "Empieza el calor" o "Plan B" son sólo algunas de las muchas novelas que hay que leer de este negro bien negro.

5. Patricia Highsmith

No por estar al último es la última de la lista. Autora prolífica, con un personaje, Tom Ripley, que la siguió por 5 o 6 novelas, la gringa explora las profundidades del ser humano. Cualquiera, hasta el más normal, decente, persignado, católico y cristiano es capaz de cometer actos terroríficos, que no delitos. Sus personajes son brutales por humanos. Quisiera ser uno de sus personajes y poder asesinar para después comer unos hot cakes preparados en casa.


Autores antologados: Francisco G. Haghenbeck, Paul Medrano, Orlando Ortiz, Yolanda de la Torre, Gerardo Sifuentes, Alfonso Morcillo, Ricardo Guzmán Wolffer, J.M. Servín, Bernardo Fernández BEF, Antonio Malpica, Mauricio Alvarado, Rodolfo J.M., Edgar Omar Avilés, Vicente Alfonso y Benito Taibo.

Presentación en la Feria del libro del Palacio de Minería. Jueves 25 feb 2010, 17:00 hrs. Salón de Actos. Mesa redonda de novela negra (presentación de nuestras novedades de género negro): "El jardín de las delicias" de Jorge Vázquez Ángeles, "Negras Intenciones. Antología del género negro" de Rodolfo J.M. (compilador), "Crímenes bajo el crepúsculo" de Francisco Prieto. Con la presencia de los autores.


Autor

Alfonso Morcillo, empleado, aspirante a escritor busca una beca para dejar de trabajar para otros. Ha editado fanzines y colaborado en revistas como Picnic, Moho, Generación, Código Postal, entre otras, además de trabajar largas horas como creativo en una agencia de publicidad. Recientemente publicó su primer libro de relatos, "Edificio A. Departamento 69". Blog: http://menosquecero.blogspot.com

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jueves, 18 de febrero de 2010

Mis CINCO libros por Lourdes Zabalza


1. "Pedro Páramo" de Juan Rulfo.

Es un libro que ha dejado huella en mi; la atmósfera fantasmal de Comala que crea el autor mezclada con la búsqueda imperiosa y lacerante del padre ausente. Me cautivo el lugar de la acción que se vuelve también una especie de espejo de las conciencias.

2. "El hombre en busca de sentido" del Psiquiatra Víctor Frankl.

Esta obra ha marcado mi vida, me ha hecho valorar cosas sencillas y cotidianas. Él dice: la pregunta que nos debemos hacer no es qué espero de la vida sino qué espera la vida de nosotros. Admiro mucho a Víktor Frankl por haber superado la desesperación a la que están condenados los prisioneros de un campo de concentración. Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir nuestro propio camino, éste es el mensaje que me dejó tatuado.

3. "Tormento" de Benito Pérez Galdós.

Es otro de mis libros favoritos. Es muy descriptivo y me impresionó cómo capta el espíritu opresor y aniquilador de la sociedad española de esa época. Las páginas de este libro nos enseñan que la falta de sentido crítico, independencia de pensamiento y miedo a la libertad son la peor de las torturas.

4. "El Corazón de Piedra Verde" de Salvador de Madariaga.

Fue como una especie de imán del que no me podía desprender. Lo leí en la adolescencia y me fascinó la historia de amor que simboliza la unión de las dos culturas. También me gustó como Salvador de Madariaga plasma toda la riqueza que vienen atesorando las dos naciones a lo largo de los siglos.

5. "Oficio de Tinieblas" de Rosario Castellanos.

Era como tener una bomba en las manos. Me hizo sentir la injusticia en la que han vivido los indígenas a largo de generaciones; la división de la sociedad en función del color de la piel y en general las heridas que ha causado una sociedad falta de los valores universales más elementales.

"Años Marinos" de Lourdes Zabalza, Editorial Jus, 2009, 216 págs., 159$.

Hay una isla que fue guarida de piratas, escala de la Nao de China y en la que hay casas con secretos y cuevas que sirven como fortalezas. Esa isla se llama Porfirio Díaz, ubicada en el punto más recóndito de las aguas mexicanas y que un puñado de familias poblará a principios del siglo XX con la intención de convertirla en la París de México. "Años marinos" de Lourdes Zabalza es la historia fantástica de aquellos hombres y mujeres, de aquellos niños que crecieron en medio de huracanes, plantas exóticas y monedas de oro que escupía el mar y que al volver a México, encontraron un país asolado por la revolución, sólo para darse cuenta de que todo hombres como una isla y toda aventura es el fondo un regreso al estado más sorprendente de todos: la infancia.

Presentación en la Feria del libro del Palacio de Minería. Lunes 22 febrero 2010, 16:00 hrs. Capilla. Presentan: Julieta Lujambio y Antonio Ramos (editor).

Autora

Lourdes Zabalza, México. Ha sido conductora, guionista y reportera. Actualmente es colaboradora del Museo Nacional de Acuarela y es docente del CECC. Ha tomado cursos de literatura con Agustín Cadena y Oscar Oliva.

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Foto de la autora: © Begoña Zabalza.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Mis CINCO libros por Jorge Rodríguez


Cinco libros con rastro

El primer libro que me capturó con la fuerza de su narrativa y me esclavizó a lo largo de dos semanas lo leí a la edad de nueve años. Debe haber sido el primero que leí sin ningún tipo de ilustración, y el que me abrió las puertas del universo literario que esperaba por mí en la biblioteca de la casa de mis padres, y en cada uno de los libreros que formaban parte del mobiliario de las habitaciones. Aún recuerdo que lo escogí por el nombre del autor (ya había leído "La isla del tesoro", con ilustraciones) y lo enigmático del título: "El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde", de Robert Louis Stevenson, un volumen que contenía como preámbulo a esa fabulosa historia otros tres relatos del mismo autor: El club del suicidio, El diablillo en la botella y Olalla. De inmediato noté que la ausencia de viñetas me permitía crear en la imaginación un universo que respondía a la narración y a mis propias vivencias, con lo que la lectura se transformó en una experiencia viva y personal.

El segundo libro que marcó un hito en mi historial de lectura fue "Hotel", de Arthur Hailey, por su estructura narrativa. Fue para mí una revelación la forma como diferentes historias sin aparente relación, terminaban nutriéndose unas a otras para resolver una trama de suyo atractiva. El ritmo y la duración de los capítulos era preciso. Todo constituía un detalle a considerar, no había desperdicio. Sobra decir que me convertí en seguidor del autor. Luego de "Hotel" recuerdo haber leído "Altas esferas", novela anterior a "Hotel", y varias de sus siguientes entregas: "Aeropuerto", "Ruedas", "Traficantes de dinero", "El apagón".

Vinieron entonces los ochentas. Con un título en mi haber, trabajo independiente y dinero en el bolsillo, no sobraba tiempo para la lectura. Fue hacia mediados de la década que me encontré con Umberto Eco y mi tercer libro "El nombre de la rosa". Me impactó la forma en que la historia retaba a mis convicciones y me enfrentaba con la pluralidad que no acababa de asimilar en la vida diaria. El ataque, a veces subversivo, a veces directo, a las instituciones religiosas, me hizo comprender la fuerza motriz de las palabras, su poder de seducción, la capacidad de la literatura para sembrar en el lector una idea a través de una narración ex profeso. Fueron jornadas de reencuentro con las delicias de la lectura, y terminé reinstalado de manera definitiva en sus rutas olvidadas.

Por esa misma época recuerdo haber leído el cuarto libro: "El amor en los tiempos del cólera". Años atrás, a fines de los setentas, había dado una árida oportunidad a la literatura latinoamericana. No encontré entonces al autor que me provocara un consumo continuado. Con García Márquez la cosa fue diferente. Ya le había leído algunos libros de cuentos, género con el que nunca me sentí muy en confianza, pero era la primera novela de largo aliento que caía en mis manos. Me sedujo desde las primeras páginas. Los cuentos me habían preparado, sin saberlo, para sumergirme en aquella historia que ocultaba mundos fascinantes a la vuelta de cada página. La sensualidad, la pasión, la brutalidad de las relaciones humanas y sus vicios narrados con una fluidez que no daba tregua. García Márquez se convirtió para mí en un parámetro de selección literaria, y logré escamotear todos sus títulos de los viejos libreros de la casa paterna. Uno a uno fueron llenando mis estantes y mis horas libres. Todos, menos "Cien años de soledad". La exuberancia de su construcción me rebasaba. Ya le llegaría su tiempo.

Debe haber sido a finales del siglo, no recuerdo bien el año, cuando le di una segunda oportunidad, también fallida, en el sentido de lo poco que me aportó en ese momento. Fue una lectura mecánica, distraída, ajena a sus ficciones. Pasado el año 2000, mis horas de lectura de esparcimiento se redujeron a un mínimo semanal para dar cabida a las interminables jornadas de lectura obligada a mi quehacer. A principios del año de 2003, cuando empecé a escribir de manera profesional, mi forma de leer cambió. Me convertí en un feroz analista de las estructuras literarias, de la pirotecnia de los autores, de los trucos de taller y de los lenguajes ocultos de la narrativa. Fue entonces que pude desentrañar la complejidad de aquel título que le valió el Nobel a García Márquez. Mi quinto libro "Cien años de soledad" se convirtió en una revelación donde, aparte del goce estético y la mágica realidad de la historia, encontré una serie de singularidades técnicas que de alguna manera han influido en la confección de mi código de taller personal.

"La nuez vana" de Jorge Rodríguez, Editorial Jus/UANL, 2009, 341 págs., 169$.

Cuando la cápsula Apolo se posó en la superficie lunar millones de ojos en el mundo dieron cuenta del suceso, no así los de Edelmiro Cortés quien, vencido por una genial borrachera deja pasar el único momento que ansiaba ver. A partir de ese día su vida se vuelve un caos que lo llevará al pueblo de San Cirilo donde descubrirá los lazos que lo hermanan con la familia Barrón que, al pie de un nogal seco, ha visto perderse su heredad. Con una trama que corre desde los días de la Reforma hasta la sorprendente aventura lunar es como Jorge Rodríguez reconstruye en "La nuez vana" una historia de obsesiones: la de un hombre por el viaje a la luna y la de una familia golpeada por la mala fortuna, que van dejando tras de sí un sendero de nueces huecas y cápsulas espaciales pobladas por el olvido.


Autor
Jorge Rodríguez, Monterrey, 1957. Artista plástico multidisciplinario y autor de ficciones, ha participado en los programas de creación literaria del escritor Felipe Montes (2004-2008), de la Secretaría de Extensión y Cultura de la UANL (2006), y del CRIPIL Noreste (2005). Ha publicado las novelas El medallón de las rosas (2005) Conarte 2009, Martín Calavera (2006) Erre con Erre 2009 y La nuez vana (2007) UANL-Editorial Jus 2009. Actualmente reside en la ciudad de San Pedro garza García, en Nuevo León.

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Foto del autor: © Jorge Rodríguez, el autor.

martes, 16 de febrero de 2010

Mis CINCO libros por Francisco G. Haghenbeck



1.- "El largo adiós" de Raymond Chandler.
Lo descubrí por casualidad en mis años universitarios. Fue el libro que me llevé en mi viaje a Europa. Lo leía una y otra vez. No podía creer como el escritor hacía malabares con las palabras. Era simple y elegante como un martini seco. Además, poseía un humor extraordinario. Sólo un genio podía escribir: “El silencio era tan denso que se podía cortar en rebanadas y untar de mermelada". Chandler es el mejor escritor americano del siglo XX. (Muérete de la envidia, Hemingway.)

2.- "Algunas nubes" de Paco Ignacio Taibo II.
Taibo es para México, lo que Chandler para EEUU. Pero con un grado más de humor y diez más de compromiso social. Su serie de libros de Belascoarán Shayne son tan divertidos como una tarde en una feria. Si alguien tiene la culpa de que sea escritor, es mi tocayo. Échenle la culpa a él si no les gustan mis novelas.

3.- "Sandman" de Neil Gaiman
Bien, evitemos discusiones: lo sé, es una novela gráfica y no una libro de ficción. Pero ¡qué novela gráfica! Gaiman supo mezclar fantasía, drama, realidad y un cuervo parlanchín en una obra maestra. La mejor obra de los noventas, con todos los clichés de la época. Sólo falta NIN en el soundtrack del libro. Sigo enamorado de su "Muerte". (Muérete de envidia, Alan Moore).

4.- "Los tres mosqueteros" de Alexandre Dumas.
Fue mi primer amor infantil. Dormía literalmente con este libro en mis brazos. Aun hoy en día no he descubierto una obra que me emocionara tanto. Aparte, creo que es la mas divertida metáfora de la amistad. Cuando sea grande, quiero escribir como Mousier Dumas.

5.- Todo Jorge Luis Borges.
Muy de cerca está todo Bradbury, pero gana el maestro por escribirlo en español. Su prosa es como un reloj suizo: perfecta y bella. Es el escritor latino americano más logrado del siglo XX. Nunca rehuyó a la fantasía. Para él, a diferencia de Cervantes, los molinos SÍ eran gigantes. Nunca la fantasía fue más Literatura con "L" mayúscula.


Uno de los géneros que más representa a nuestra sociedad actualmente es el género negro, tan afín por naturaleza a nuestros vicios, nuestra violencia y la corrupción en la que vivimos. Quince plumas, entre lo más selecto de los escritores del género reúnen en Negras Intenciones una variopinta muestra de asesinatos, mentes enfermas y también crónica de nuestra realidad. Desde una crónica del poeta caníbal, pasando por un crítico que asesina a malos escritores o las visiones abúlicas de nuestros policías, en Negras intenciones hay una certeza y una voluntad: matar y matar de la mejor manera posible también con las palabras.
Autores antologados: Francisco G. Haghenbeck, Paul Medrano, Orlando Ortiz, Yolanda de la Torre, Gerardo Sifuentes, Alfonso Morcillo, Ricardo Guzmán Wolffer, J.M. Servín, Bernardo Fernández BEF, Antonio Malpica, Mauricio Alvarado, Rodolfo J.M., Edgar Omar Avilés, Vicente Alfonso y Benito Taibo.


Autor
Francisco G. Haghenbeck (México, D.F.) creció entre misas y nopales en Tehuacán, Puebla. Después de estudiar Arquitectura se dedicó a escribir cómics: Crimson, Alternation y Superman (es el único mexicano que ha colaborado con esta publicación). Ha sido galardonado con el Premio Nacional de Cuento Policiaco 2007, el Julio Verne 2005, el Mano de Obra 2006. Su novela "Aliento a muerte" fue seleccionada entre las diez finalistas del Premio Planeta-Casamérica 2008. Ha publicado las novelas "Trago amargo" (Premio Vuelta de Tuerca 2006) y "Solamente una vez". Vive en Puerto Vallarta con una hermosa chef, su hija Arantza y el fantasma de John Huston. Es amigo de un espía de la guerra fría al que ha prometido no delatar.

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Evento: Coctel en Donceles 66. Inicio de las actividades de Jus en la Feria de Minería.


Editorial Jus tiene el gusto de invitar a editores, escritores, libreros, proveedores y medios al coctel que ofrecerá en su centro cultural Donceles 66, con motivo del inicio de sus actividades en el marco de la XXXI Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería

18 febrero 2010, 20:30 hrs. Donceles 66, Calle Donceles entre Palma y República de Chile, Centro Histórico, México DF
Los y las esperamos. ;)

Clic en la invitación para agrandarla.

lunes, 15 de febrero de 2010

Concurso: Compra un libro de Jus, escribe una reseña y gana




Por motivo de la participación de Editorial Jus en la XXXI Feria del libro del Palacio de Minería, invitamos a nuestros amigos y lectores a participar en el

Concurso de Reseñas de Editorial Jus

Bases:

1.- Podrá participar cualquier lector o lectora con una reseña o varias de uno o varios de los títulos que Editorial Jus tendrá a la venta en la Feria del Libro del Palacio de Minería. (Stand 1546, junto a sala de Audiovisuales), del 17 al 28 de febrero.

2.- Las reseñas tendrán una extensión mínima de dos cuartillas y máximo de tres, escritas en times new roman a 12 puntos.

3.- Se deberán enviar vía correo electrónico a aramos@jus.com.mx, con fecha límite del lunes 15 de marzo.

4.- Las mejores diez reseñas obtendrán un paquete de libros de Editorial Jus y su publicación en la revista digital Justa (http://www.justa.com.mx/).

De éstas, los autores o autoras de los tres mejores trabajos obtendrán un paquete de libros de Editorial Jus, la publicación de la reseña en la revista digital Justa (http://www.justa.com.mx/) y una comida en Donceles 66 con él o los autores reseñados.

5.- El fallo del jurado, compuesto por los editores de Editorial Jus, se dará a conocer el miércoles 31 de marzo del año en curso.

6.- Cualquier aclaración o duda, puede comunicarse al mismo correo o al teléfono (55) 91501463.

Mis CINCO libros por César Gándara


Me cuesta muchísimo trabajo pensar en mis cinco libros favoritos, pues al momento de hacer este ejercicio se me vienen a la cabeza tantos títulos que de sólo pensar en ellos me parecería injusto dejar alguno fuera de la lista. Luego me pongo a recordar todos aquellos que no me llegaron a la memoria de primer momento y entonces sí me dan ganas de llorar.
Creo que los libros son como las personas: algunos me atraen por voluptuosos, otros porque se parecen un poco a mí y otros porque son totalmente distintos o me enseñan a ver situaciones o cosas que, de no ser por ellos, nunca habría visto o reflexionado, o tal vez sí pero de manera diferente. Hay, eso sí, libros que leí hace mucho tiempo y que aún me acompañan por la vida. Hay otros que tuve la fortuna de leer recientemente, y quizá gracias a ello pude disfrutarlos con la experiencia de vida suficiente para comprenderlos. Quizá si los hubiera leído de más joven no me habrían dicho nada. Ahí es donde me parece que radica el secreto de los libros entrañables: en que llegan en el momento indicado para nosotros y se vuelven imprescindibles para nuestras vidas. Cuando ensanchan nuestra realidad, cuando nos hacen decir “¿pero para qué carajos entonces estamos aquí?” o “Bueno, sí, la vida es una mierda, pero aun así vale la pena vivirla” o cualquier otra cosa, siempre y cuando nos inviten a entablar un diálogo. Aunque también hay libros que recuerdo con profundo cariño y que no hicieron más que hacerme pasar un rato divertido, o que me hicieron ver la riqueza verbal de nuestra lengua, o que me impresionaron por la brutalidad y la violencia con que puede representarse la realidad a través de las palabras.
La grandeza de los libros está en su riqueza. En que cada uno de ellos es único, irrepetible, e inigualable, como personas hay en el mundo. Si no, ¿para qué tantos libros? ¿para qué seguir escribiendo de lo mismo? Pero, bueno, hay que entrarle al reto y mencionar algunos títulos, supongo.

Uno de los libros que me ha acompañado desde hace mucho tiempo es el "Quijote" de Cervantes. La primera vez que lo leí me costó trabajo el lenguaje con que está escrito. Pero reconozco que desde que comencé el prólogo me atrapó y no pude dejarlo. El "Quijote" me enseñó que los libros no son aburridos, que se puede conocer todo un universo de emociones, de personajes, de aventuras y desventuras de manera amena, divertida. La locura como arma y bandera de conocimiento. Me parece un libro genial.

"Crimen y Castigo" de Dostoievski fue el primer libro, y de los pocos, en que comencé a leerlo y nunca me fijé en qué página iba. Me arrebató desde el principio, estaba totalmente impresionado con la cantidad de personajes y sus maneras tan distintas de ver al mundo. El manejo de la tensión, el no saber si Rascolnikov se va a entregar a la policía o si lo van a atrapar a lo largo de quinientas páginas.

El tercer libro que me atrapó de principio a fin fue "La peste" de Albert Camus. La manera en que describe tanta miseria, su visión tan optimista de la humanidad y el manejo del narrador fueron reveladores para mí.

El cuarto libro que me dejó deslumbrado fue "El tambor de hojalata" de Günter Grass. Considero a ese libro una catedral de la invención. Me impresiona cómo se puede contar un hecho histórico conocido de todos desde un punto de vista tan distinto, tan “insignificante” como podría serlo el punto de vista de un enano que desde la primera infancia queda marcado al conocer un tambor. El libro en su totalidad es una oda, un homenaje a la invención.

También hay muchas historias que me han cautivado. Muchas de ellas son cuentos y no podría acabar de mencionarlas en este espacio. Si tuviera que mencionarlos como colecciones de cuentos tendría que decir que Raymond Carver y sus títulos me cambiaron la manera de ver la vida. Pero considero a todos ellos un solo libro. ¿A quién preferiría de todos mis adorados cuentistas? ¿En verdad puedo poner a Carver por encima de Chéjov y su inigualable "Pabellón número seis" (o "El Jardín de los Cerezos" que fue un libro que al leerlo por primera vez no me dijo gran cosa pero al paso de los años, y después de darle muchas vueltas, fue creciendo en mi imaginario)? ¿Puedo decir que me gusta más que los cuentos de Inés Arredondo o Juan Rulfo (los cuales he releído infinidad de veces)? No puedo terminar esta reflexión sin mencionar libros como "El libro vacío", "Mientras agonizo" o "La leyenda del santo bebedor" (libros que yo hubiera deseado escribir).

Hablar de nuestras lecturas es hablar de nuestra historia personal, es hacer un poco de biografía. Y no quisiera pensar que mi vida puede ser resumida en cinco libros, o capítulos de mi experiencia inacabada.

"Alguien tiene que perder" de César Gándara, Editorial Jus, 2008, 88 págs., 99$.

Una lectura de el "Quijote" lleva a un ingeniero a hacerse escritor. Un joven padre de familia busca en Barcelona el éxito que se le niega en su país. Son dos historias independientes, son dos cuentos separados pero, entre ambos, el sonorense César Gándara, uno de los nuevos creadores con mayor empuje, traza una bella, áspera y paradójica metáfora del éxito: una visión de la soledad y del fracaso, no exenta de humor.


Autor

César Gándara (Guaymas, Sonora, 1971) es narrador, editor y promotor cultural. Estudió la carrera de Letras Españolas en la Universidad Autónoma de Nuevo León e hizo una maestría en literatura comparada en la Universidad de Barcelona. Imparte clases en la Escuela de Escritores de la SOGEM y en la Universidad del Claustro de Sor Juana. Tiene cuentos publicados en varias antologías, así como en diversas revistas literarias de México, Perú y España. Obra suya ha sido traducida al catalán. Es autor de los libros "El Reyno", "Es el viento" y "Alguien tiene que perder" (Jus).

Más enlaces


viernes, 12 de febrero de 2010

Mis CINCO libros por Jaime Coello Manuell


Cualquier lista es, por necesidad excluyente. Además de estos cinco hay un bonche más.

1. "La mitología" de Edith Hamilton.

La primera lectura reveladora que recuerdo, llegó a mis manos mientras esperaba malas noticias en un hospital. Este texto me acompañó durante momentos tristes y me dio suficiente luz como para imaginar alegría. No es ninguna casualidad que su autora, alemana de nacimiento (1867–1963) y nacionalizada estadounidense, se haya convertido en una de las grandes clasicistas: la manera en que expone y mezcla a los clásicos griegos y los funde en relatos tiene una claridad que aún me cautiva.

2. "Quince poetas del mundo náhuatl" de Miguel León-Portilla.

Esta antología bilingüe de los cuicapicque, o forjadores de cantos, en Mesoamérica fue preparada y comentada por uno de los más reconocidos especialistas en esta literatura. Es una delicia poder disfrutar en un mismo tomo de la palabra florecida en el Valle de Anáhuac y regiones vecinas, así como la información suficiente para contextualizar y comprender el arte de, por ejemplo, mi cuicapicque favorito: Nezahualpilli.

3. "La historia de la estupidez humana" de Paul Tabori.

Paul Tabori (1908-1974) fue un escritor, periodista y guionista húngaro. Este libro lo encontré por casualidad entre los estantes de casa de mis papás y lo comencé a leer para matar el tiempo, en realidad. En pocas páginas supe que no podría abandonarlo nunca. Es una colección de anécdotas y situación de una estulticia in crescendo a lo largo de sus páginas. Aún hoy me provoca llorar a carcajadas.

4. "La insoportable levedad del ser" de Milan Kundera.

Una novela que me resuena dentro de venas, arterias y corazón, cada lectura me sacude y me interroga sobre el modo de vivir la vida: la relación siempre cambiante entre liviandad y pesadez. En definitiva, su lectura me ahorró seis años de Licenciatura en Medicina.

5. "Cartas a un joven poeta" de Rainer María Rilke.

Tuve la fortuna de que este libro atracara en mis manos hace poco, ya sabía de la fama y maestría de Rilke. Al acometer la lectura, la honestidad con la que le escribe a Kappus, me parece sabia: sus conceptos sobre el amor, la muerte, la vida son arrolladores. Estas cartas, en especial la séptima, fue un gran consuelo para mí a la muerte de abuelita.

"El vuelo de las cigüeñas" de Julieta Lujambio y Jaime Coello, Editorial Jus, 2007, 92 págs., 99 $.

"El vuelo de las cigüeñas" contribuye al debate -aún vigente- sobre el aborto en México. Las entrevistas realizadas por la periodista Julieta Lujambio a una religiosa, a un psicólogo jesuita, a una maestra en derecho constitucional y a una médica constituyen una muestra de las posturas de algunos miembros de la Iglesia católica, la Ciencia y el Derecho. La narración, del escritor Jaime Coello Manuell, mezcla estos testimonios reales con las opiniones de ciudadanos ficticios de épocas y condiciones diferentes: conversan, confrontan y polemizan entre ellos. Dirigido a lectores interesados en las diferentes realidades y dilemas que se manifiestan en México sobre un tema tan importante para la sociedad: el aborto. Un pequeño libro, a caballo entre el reportaje y la literatura, que invita al lector de manera breve, sencilla y contundente a contestarse la pregunta: ¿Cuál es mi postura sobre el aborto?


Autor

Periodista de investigación, desde 2000 escribe sobre todo de la industria del café. Ha incursionado en diversos géneros tanto periodísticos como literarios. Su pesadilla fársica, "Hotel Encarnación", es una producción del Foro Shakespeare, con la dirección de Verónica Merchant. Sus estudios de licenciatura los realizó en la FES Aragón de la UNAM, y es alumno regular en los talleres de dramaturgia y cuento de Estela Leñero y Alberto Chimal, respectivamente. Ha publicado el poemario "Conjuros" y el reportaje "Texturas de mariguana" en el ciberespacio, bajo los auspicios de la Tortillería Editorial. Recientemente publicó el libro de poesía "CoraSón de sortilegio" (Editorial Andrógino, 2009).

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