martes, 29 de diciembre de 2009

Reseña "El crimen de la calle Aramberri: Una cuestión de perspectiva". Por Elizabeth Moreno Rojas



Próxima lectura del Club virtual de La Sociedad de los Lectores Justos en Facebook.
"El crimen de la calle Aramberri" de Hugo Valdés, Editorial Jus/Universidad Autónoma de Nuevo León, 2008, págs. 251 (ISBN 978-607-412-088-0). Cuesta 169 pesos. El lunes 11 de enero 2010 empezaremos a leer y el foro de debate se abrirá el día 8 de febrero 2010 (son 4 semanas de lectura).

El crimen de la calle Aramberri: Una cuestión de perspectiva
Por Elizabeth Moreno Rojas.

En México, la novela negra cuenta con muy pocos exponentes, a pesar de que en Estados Unidos, lugar donde surge el género -con Dashiell Hammett y Raymond Chandler- tiene más de setenta años. No obstante, los pocos escritores mexicanos que han incursionado en la también denominada novela del crimen, lo han hecho con éxito como Rafael Bernal, Rafael Ramírez Heredia, Paco Ignacio Taibo II, Élmer Mendoza y Hugo Valdés, autor de "El crimen de la calle Aramberri", novela negra "norteña" publicada por primera vez en 1994 (Ediciones Castillo) y que llega este año a su tercera edición. (Nueva edición: Jus/UANL, 2008.)
Ubicado en el difícil año de 1933, este relato despliega su trama en la ciudad de Monterrey, donde ocurre un brutal asesinato de dos mujeres, Antonia Lozano y su hija Florinda Montemayor, para robar lo que el padre, empleado en la Fundidora, había conseguido ahorrar hasta entonces: cuatro mil pesos en oro. Un detective, Inés González, impresionado por la masacre, es el encargado de investigar quiénes cometieron el asesinato y cómo lo hicieron. El crimen, asunto del texto, es un suceso real, igual que muchos de los acontecimientos principales. Las víctimas, los asesinos y varios de los personajes, antes de ser desdibujados por el inexorable tiempo y convertidos en entes de ficción por la escritura de Valdés, vivieron en la entonces pequeña urbe regia. La soledad, la ira y el dolor de Delfino Montemayor, padre y esposo de las víctimas; la conmoción, el miedo y el morbo de la sociedad, pertenecen, también, a la realidad, pero todo lo demás es ficción, es decir, artificio, forma, técnica, y en ello reside el valor de esta obra. Así, el autor ha transformado un hecho verídico en un mundo de ficción cuya realidad se sostiene y se basta a sí misma a través de un impecable juego de voces y perspectivas encargadas de erigir este universo narrativo y sus siniestras sombras. Antes de la novela de Hugo Valdés, el periodista Eusebio de la Cueva publicó, un mes después del crimen, la crónica correspondiente. Sin embargo, como su objetivo fue más bien satisfacer la curiosidad y el morbo que el doble asesinato provocara en la creciente población regiomontana, su texto, de unas ochenta páginas, tuvo una fortuna efímera. Puesto que, según señala María Isabel Filinich, "un edificio de grandes proporciones exige una determinada distancia del punto de observación, de manera análoga un asunto trascendental requiere distancia temporal para ser observada con precisión"; la distancia temporal le permitió a Valdés una exhaustiva investigación de la causa judicial, los partes forenses y los periódicos de su tiempo. El resultado: la escritura de esta excepcional novela, que como un homenaje lleva el mismo título de la crónica mencionada. Un relato literario no es un simple reflejo de la realidad. Si bien el escritor abreva en ella y tiene como modelo un mundo de acción y pasión humanas, debe someter su trabajo a los artificios de la ficción. Sólo el discurso ficticio redescubre el mundo. Escribir literatura es crear, imaginar e inventar un mundo posible en el cual sus criaturas accionan y se apasionan. Por otra parte, el autor de novelas negras tiene ante sí el reto de conferir a un hecho horroroso el estatuto de estético. Así, el homicidio, la muerte, la sangre, la inocencia desgarrada, la mano que degüella, la miseria, la corrupción, la pena, serán elementos que deben atrapar y fascinar al lector no sólo por cómo funcionan temáticamente en la historia, sino por la técnica con que se cuentan, por los recursos discursivos y narrativos que los transforman, en este contexto, en literarios.

¿Novela negra o novela policiaca?

En su esclarecedor libro "El género negro", Mempo Giardinelli señala que en la actualidad la novela policiaca tiene dos grandes vertientes: la clásica y la llamada negra. Para este gran conocedor del tema, lo que es propiamente el género se presenta en aquella novela en la cual hay un enigma (un crimen en un cuarto cerrado) que un detective, mediante el ejercicio de la lógica, tratará de resolver para así descubrir al asesino o asesinos de la víctima. En estos relatos no hay ningún interés por evidenciar las motivaciones psicológicas o sociológicas del delito y el crimen no es el tema central, sino el motivo para mostrar la destreza del pensamiento racional del detective. En la vertiente negra, en cambio, el crimen es el tema central de la novela, la cual se caracterizará "por la dureza de su texto, de sus personajes, por cierta brutalidad y un descarnado realismo en la actitud vital de sus protagonistas", que se expresa igualmente en un lenguaje realista y violento. (Por estos últimos rasgos, Giardinelli afirma que la novela negra "pone los pies sobre la tierra".) Elementos también característicos de este género son "la lucha por el poder político y/ o económico, la ambición, el individualismo, la violencia, el sexismo y el dinero, productos todos de una sociedad corrupta y en descomposición". En la obra que nos ocupa, si bien la narración parte del enigma clásico del cuarto cerrado, el crimen es sólo el inicio de una historia en la que, además de desentrañar cómo se cometió, intentará explicarse cómo un individuo puede llegar a agredir, hasta matar, a otro, con tanta violencia y brutalidad. Algunos críticos dicen que la novela negra es una especie de radiografía social, pues se basa en la interpretación y descripción de la realidad actual donde el delito, en sus diferentes expresiones (robo, asesinato, secuestro, violación, corrupción, etcétera), es un suceso cotidiano, nos guste o no. En ella también, dada esa pretensión de realismo, se muestra a los individuos desde su lado oscuro, presentando siempre una galería de debilidades humanas, de conflictos y pasiones. De ahí la violencia como rasgo connatural al género. En el relato de Valdés, el modo tan brutal con que se comete el crimen de las mujeres (ambas son acuchilladas y degolladas); la forma tan expeditiva y fría en que se castiga a los asesinos; el poder de las instituciones como el Gobierno y la Iglesia; la traición entre los asesinos; la ambición del dinero; son los hilos pasionales con los que el autor ha tejido este entramado, definitivamente, negro. En "El crimen de la calle Aramberri", no obstante que los asesinos mueren, uno intuye que el destino de Monterrey, como el de toda ciudad que crece en este país, es el de la inseguridad, el temor y la violencia. La urbe ha quedado marcada por un antes y un después a partir del doble crimen: nunca más se volverá a tener la misma confianza en el otro y el miedo y la zozobra serán parte de la vida cotidiana.

Tiempo y espacio

La novela de Hugo Valdés, atendiendo al aspecto espacio-temporal, se despliega como un laberinto por su entramado discontinuo y las frecuentes rupturas, retornos y traslapes del flujo narrativo. La historia se construye a través de la yuxtaposición y el montaje de varios fragmentos, conformando así secuencias que se inscriben dentro de coordenadas espacio-temporales distintas con una cierta combinación de actores y una función temática diferente. Todos estos juegos inciden, primeramente, en el tempo narrativo del relato literario. En algunos casos, sobre todo en los diálogos y descripciones detalladas, lentifican o retardan el ritmo de la prosa, mientras que en otros se aumenta la intensidad rítmica en un tempo narrativo dinámico, casi dramático, donde se cuentan muchas cosas en unos cuantos párrafos. Por otra parte, las figuras temporales que hace el narrador, como responsable de la selección y del orden de las acciones, tienden a la búsqueda de la simultaneidad. La yuxtaposición de escenas y los juegos con el tiempo parecen difuminar la sucesividad, propia de la narrativa canónica, dando la impresión, a veces, de estar frente a una especie de relato cinematográfico. Pero el tiempo en una novela no puede convertirse en entidad palpable si no es a través del espacio. Tiempo y espacio forman una unidad indivisible, pues todo lo que ocurre en una historia sucede en algún lugar. Hay lugares que sólo existen en los mundos creados por la literatura, por lo cual sus nombres no remiten a ninguna entidad geográfica del mundo real: Comala, de Juan Rulfo; Macondo, de Gabriel García Márquez; Santa María del Circo, de David Toscana. Hay otros, sin embargo, designados con el nombre de entidades reales: Tijuana, de Crostwhaite y Campbell; Culiacán, de Élmer Mendoza; Coahuila, de Daniel Sada; Mazatlán, de Juan José Rodríguez; Monterrey, de Eduardo Antonio Parra y Hugo Valdés. En cualquiera de los dos casos, aunque no se les describa, nombrarlos es ya "suficiente para proyectar un espacio ficcional concreto, ya que el nombre propio es, en sí mismo, una descripción en potencia". Sin embargo, cuando el espacio nombrado posee un referente extratextual, el nombre propio adquiere una significación que se comparte culturalmente, pues funciona como una condensación de toda la información que el lector tiene sobre este lugar, aun cuando no haya estado en él, pero que le han proporcionado mapas, filmes, libros, postales, fotografías, descripciones, las cuales constituyen lo que A. J. Greimas denomina "referente global imaginario". Al mismo tiempo, en el decurso de una historia ficticia el espacio va particularizándose a través de la selección de detalles con los que el autor lo describe, por lo cual le confiere un matiz individual que le permite crear una representación única. Entonces, el Monterrey descrito por Hugo Valdés no es idéntico al que ostenta en la realidad ese nombre, aún cuando se describa con una serie de recursos que aspiran al mimetismo, a la copia de la realidad, pues el texto literario va construyendo su propia representación espacial, su referencia intratextual. Así, si el nombre propio es el mismo, los lugares designados no lo son, no sólo porque uno existe fuera del texto y el otro es mera arquitectura verbal, sino por el uso de estrategias y modelos descriptivos particulares que le permiten al escritor esculpir su propia visión de la ciudad. Siguiendo con esta premisa, el Monterrey donde se desarrolla la historia de Hugo Valdés representa el destino de toda ciudad moderna: el de la violencia -aún en manos de la justicia-, la inseguridad y el temor. Una ciudad que el 5 de abril de 1933 se descubre moderna, y por lo tanto, vulnerable. Al igual que el tiempo, dos grandes espacios cruzan e informan el relato: el espacio de la seguridad y la confianza, situado en el pasado; y el aquí y ahora de una ciudad amenazada por el crimen y la desconfianza en el otro. Las constantes menciones a la casa del crimen y la calle Aramberri hacen de este lugar la referencia privilegiada del descriptor como punto de partida para iniciar la representación física de la ciudad; desde ahí se instalará y desplegará poco a poco el espacio a través de la enumeración de calles, edificios, comercios, iglesias para, finalmente, proyectar en el lector una construcción totalizadora en donde convergen la ciudad real y la imaginada por Hugo Valdés. La segunda representación del espacio es aquélla que se superpone a la primera: el laberinto de itinerarios que confluyen en una imagen de confusión y desconcierto, de desorientación y desorden; un espacio que de la noche a la mañana se descubre otro, vulnerable y vulnerado, amenazante y amenazador. En este Monterrey, no sólo los personajes femeninos sino también la propia ciudad van al encuentro de su destino de víctima y victimaria, ya que después del crimen de la calle Aramberri cualquiera de los ciudadanos que la habiten puede llegar a matar, pues -como afirma Giardinelli- no hay un modelo humano de criminal: "lo que hay son circunstancias que llevan al hombre a cometer un crimen. A cualquier hombre. A usted o a mí". Como sabemos, la ciudad en tanto tema literario tiene una gran tradición, pero en la novela negra adquiere una significación especial porque el espacio urbano tiene como protagonista al crimen, en cuyo seno el autor convoca las debilidades humanas para confrontarnos especularmente con nuestros temores o deseos más íntimos, aún los más bajos. El crimen es entonces el espejo al que nos asomamos para ver nuestras múltiples contradicciones como la culpa y el deseo, la fascinación y el horror ante la muerte, el pudor y el descaro, la lucha entre la conciencia y los impulsos, realidad abrumadora que se impone en un modo de vivir, de moverse y sentir la ciudad. El Monterrey del crimen de la calle Aramberri es un espacio ficticio objetivado a través del lenguaje, sí, pero es un espacio que nos cuestiona y nos obliga a interrogar y repensar el destino de nuestras sociedades modernas.

Deudas y méritos

Me parece que la novela negra mexicana, en general, ha hecho innovaciones de todo tipo, tal vez por pertenecer a otra tradición literaria, pero su base sigue siendo la norteamericana. En el caso de Hugo Valdés, por ejemplo, hay un diálogo intertextual entre su novela y A sangre fría, de Truman Capote, pero también, al menos en el modo de proyectar el punto de vista espacio-temporal, Juan Rulfo pesa allí mucho. Además, Carlos Fuentes, Julio Cortázar y Gabriel García Márquez inciden en la construcción de la perspectiva y la trama, en la fusión y con-fusión entre la voz y la mirada que provocan una atmósfera de incertidumbre, también un signo de la novela contemporánea, pues el narrador ya no pretende ni contarlo ni saberlo todo. Estas innovaciones, sin embargo, no dejan a la novela fuera del género. El autor pone en juego todos los recursos de la narrativa moderna para conseguir otra forma de abordar lo policiaco; es decir, al mismo tiempo que se inserta en su tradición, abre otras posibilidades estéticas al género sin descuidar lo fundamental de la novela negra, que es inquietar al lector al confrontarlo con sus propios temores y llevarlo hacia ese ámbito atroz que irrumpe en la calma aparente de la cotidianidad. De allí que esta novela negra mexicana sea, sin duda, un extraordinario relato literario, un thriller de factura impecable que mantiene ese interés creciente que produce la lectura del texto perfecto por su técnica y su trama.

Autora
Elizabeth Moreno Rojas, nacida en Allende, Nuevo León, es egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL. Actualmente se desempeña como catedrática de la Universidad Autónoma de Sinaloa, donde dirige un seminario de narrativa norteña contemporánea.

Fuente
El presente texto pertenece a un ensayo más amplio que apareció en el libro "El norte y su frontera en la narrativa policiaca mexicana", editado por Plaza y Janéz en el año 2006. Cuando este artículo fue escrito el libro de Hugo Valdés -originalmente editado en 1994 por Ediciones Castillo- ya llevaba su tercera reimpresión. La nueva y aumentada edición de Jus y Universidad Autónoma de Nuevo León se realizó en 2008 y trae como material complementario un mapa de Monterrey de 1933 y todas las portadas de los periódicos que dieron la noticia de los asesinatos en Monterrey para la época. Este ensayo fue publicado en forma electrónica en el portal Género policiaco.

Enlaces recomendados

lunes, 28 de diciembre de 2009

Fragmento "Traductora de sentimientos" de Hélène Rioux



Existen, sí, aficionados a la agonía de los niños. Clientes exigentes que quieren la garantía. ¿Cuál garantía? La garantía de que la sangre sea sangre de verdad, no catsup, que los gritos sean reales. Compradores que ya no quieren la actuación, sino que exigen la verdad de la muerte. Espectadores a lo que la autenticidad de la muerte excita, que encuentran en esa autenticidad la quintaesencia incluso de su placer.
¿Dirán uds... por qué nos cuenta esto? Porque Leonard Ming filmaba películas para ellos y Gary Sheldon le servía de asistente.
¿Quieres más detalles? La historia completa en "Traductora de sentimientos" de Hélène Rioux.


Eleonore, traductora de novelas rosas, toma el encargo de traducir la biografía de Leonard Ming, asesino serial recientemente ejecutado.


"Traductora de sentimientos" de Hélène Rioux. Novedad: Editorial Jus, 2009, págs. 206. Traductor: Roberto Rueda Monreal. Más información: web de Jus / Correo electrónico de ventas de Jus

martes, 22 de diciembre de 2009

Deseos navideños de Jus




lunes, 21 de diciembre de 2009

Libro "Ser es ser visto" de Luis de Tavira y Stefanie Weiss



"Ser es ser visto" de Luis de Tavira y Stefanie Weiss, Editorial Jus, Colección Cuadernos de Repertorio, 2009.
"Ser es ser visto" es un itinerario por los intrincados pasillos de un lugar necesario que se desvanece como acontecimiento, hecho real que sucede entre los diversos tiempos del mismo espacio, tanto como un empujón, un grito, un instante del espíritu y la sociedad, un instante fáustico que irrumpe en la conciencia del actor mientras sucede el ensayo, un parpadeo en el que aquel deseo insatisfecho se transfigura en su más inconfensable delación, justo cuando iba a comenzar la fiesta de cumpleaños. O sea explosión terrorista, aquel infierno...
 

"Presencias que se agolpan sobre las ruinas del muro, frente a un breve instante que se yergue como historia de la reunificación alemana, instante que confunde y excita porque recuerda aquellos ojos atónitos que nos miran desde Auschwitz." Luis de Tavira
La casa sede de la CNT fue el escenario para las presentaciones de "Ser es ser visto", del 7 de julio al 11 de agosto 2009, con funciones lunes y martes a las 19:00 horas. Ahora Jus y la Compañía Nacional de Teatro te ofrecen esta pieza teatral en un libro para que la disfrutes en la comodidad de tu casa. ♥

"La fascinación que la cultura alemana ha tenido sobre Luis de Tavira data de mucho tiempo y en esta escenificación, en coautoría con Stefanie Weiss que es de ese origen, el creador explora los grandes temas alemanes de varias épocas, desde la clásica de Goethe hasta las atrocidades del nazismo, el Muro de Berlín y su derribamiento con el temor y la desconfianza hacia los inmigrantes o cualesquiera extranjeros, los atentados en pleno carnaval. Es en Alemania en donde los autores, además de afinidades que tengan, en donde ubican la entrada al mundo contemporáneo con su cauda de horrores." Fuente: La Jornada

Información sobre cómo fue el montaje
"Como referente, en la escena titulada Kalldewey, aparecen cinco actores: una mujer espera celebrar su cumpleaños, tres de los invitados llegan sin regalo, el cuarto no es invitado pero si tiene regalo; al percatarse de su presencia, le cuestionan qué hace allí en el departamento de la festejada. Kalldewey les responde utilizando un lenguaje obsceno y burlón, cosa que no le soportan, y le piden que se vaya pero la puerta no se abre, entonces lo esconden debajo de la mesa, pero el hombre desaparece sin dejar rastro.
Esto sucede en la estancia de un apartamento en el piso 15, al fondo una ventana que da hacia el cubo del edificio y más atrás en una pantalla se proyectan las imágenes de lo que acontece en la escena principal, pero no en tiempo real, digamos tres segundos después, es ver una escena y la otra, de manera simultanea pero como si fuera en otro tiempo y en otra dimensión. Excelente trabajo escénico." Nota completa: "Ser es ser visto", paráfrasis escénica dirigida por Luis de Tavira


Más información / Cómo comprar libros de Jus / e-mail de ventas de Jus
Título: Ser es ser visto. Autores: Luis de Tavira y Stefanie Weiss. Medidas: 18.4 x 10.4 cm. Género: Teatro. Serie: Cuadernos de Repertorio. ISBN: 978-607-412-033-2. 

jueves, 17 de diciembre de 2009

Reseña "Alguien tiene que perder" de César Gándara



"Alguien tiene que perder" de César Gándara, Editorial Jus, 2008, págs. 88.




En este libro de César Gándara, se narran las dos caras de una misma moneda: la búsqueda del éxito con sus consecuencias imprevisibles. En la primera historia: La senda de David, se nos presenta una fábula contemporánea: el hombre que decide volverse escritor después de leer El Quijote. David Reynosa, de quien no sabemos su nombre antes de emprender tal aventura, es un triste ingeniero industrial que cambia su vida y el destino hasta cierto punto cómodo de su familia, hacia uno más cáustico y trágico.
Reynosa empieza a leer todo lo que puede y apunta en un diario de tapas negras sus ideas sobre lo que es escribir y las historias que algún día contará. La ciudad, pequeña e incómoda para el desarrollo del arte, ofrece pocas posibilidades de éxito, pero Reynosa se logra entrometer en los vericuentos de la cultura regiomontana. Conoce a un librero que lo ayuda con libros y guía lectora, asiste a un taller de un tipo rengo y borracho, pero sabio y finalmente escribe su primer novela que pronto es rechazada por editoriales de la ciudad de México.
El éxito, esa macarela huidiza, se presenta en la vida de Reynosa gracias a una divertida confusión. Los nombre de los protagonistas de su primera novela, se parecen mucho a los de una acaudalada familia regiomontana. La familia se entera de tan infeliz comparación y agota la edición. Pronto, Su madre lo sabía, se vuelve icono de culto, se le busca en las librerías, no se le encuentra. La vida de un escritor siempre está rodeada por un hálito del escándalo y la leyenda. David Reynosa no se escapa a ello. Tras el éxito alcanzado de maneras inesperadas, Reynosa se convierte en un reconocido escritor. Levanta una Fábrica literaria que sólo le servirá para conocer a la amante, amiga de su hija, esposa de su lector incondicional en la Universidad, con quien empezará a cavar su infortunio. El amorío sale a la luz. El éxito finalmente hunde su cabeza y deja un rabo desgraciado e infeliz.
A Reynosa se le cierran las puertas. Pierde su familia, el placer del adulterio, la amistad del único que lo apoyaba. Solo, termina rentando una pequeña casa en una zona de departamentos paupérrimos de la ciudad. Sólo entonces, vuelve a encontrarse a su viejo maestro, al rengo y alcohólico Gerardo Chimal. Éste le recuerda todo aquello que buscó al inicio del sueño de querer convertirse en escritor y le revela la máxima que, sin saber, Reynosa buscaba: el ridículo desde el que se escribe la obra literaria. Así da con las primeras frases de la obra que finalmente lo hará escritor, como si todo lo anterior hubiera sido un ensayo: “En un lugar de la mancha urbana, de cuyo nombre no quiero acordarme..”
La segunda historia de Alguien tiene que perder narra la vida de Eusebio, un inmigrante venezolano en la ciudad de Barcelona, a la par de Chico, un inmigrante mexicano en la misma ciudad. Ambas historias tienen un punto en común, el trato que los dos personajes tienen con Jimena, una mesera que presume de una acalorada e interesante vida intelectual. Agobiados por el peso de ser extranjeros, los dos personajes deambulan y tratan de sobrevivir como meseros, buscando una manera de hacer de Barcelona su hogar, su casa, aunque saben que la verdadera quedó muy lejos y esta Barcelona que una vez les iluminó los sueños, con la promesa de una vida mejor, ahora se los quita, dejándolos fríos y desesperados. Al final, Eusebio toma una decisión violenta e inesperada que lo devolverá a su patria y Chico decide también romper sus lazos y retornar el desierto de Sonora.
Si algo une, entonces, ambas obras, es la sensación de que vivimos engañados por nuestros sueños. ¿Son ellos los que nos hacen mejores personas o los que nos llevan al hartazgo de nuestra vida cotidiana? Al leer el libro queda la pregunta abierta. Al leer a estos personajes sojuzgados por la aparente victoria no queda más que la premisa final de que en esta vida, siempre, alguien tiene que perder. No siempre, no generalmente pierde uno, pero sin duda, acumulamos más derrotas en la vida que triunfos.

Reseña realizada por Antonio Ramos.
 
Autor
 
César Gándara (Guaymas, Sonora, 1971). Maestro en Literatura Comparada por la Universidad de Barcelona, es autor de un libro de cuentos y una novela infantil. Varios de sus textos han aparecido en antologías y revistas de México, Sudamérica y España; obra suya ha sido traducida al catalán.
 
 
Título: Alguien tiene que perder. Autor: César Gándara. Medidas: 23 cm x 13.5 cm. P. 88. Género: Cuento. Serie: Contemporáneos. ISBN: 978-607-412-002-8

martes, 15 de diciembre de 2009

Reseña "Diario de las especies" de Claudia Apablaza



"Diario de las especies" de Claudia Apablaza, Editorial Jus, 2008, págs. 154.

Cuando se tiende a pensar en la nueva literatura latinoamericana, ésta se detiene en los narradores nacidos en la década de los sesenta como lo son Jorge Volpi, Eduardo Parra, Patricia de Souza, Alberto Fuguet, Edmundo Paz Soldán y otros. Pero, ¿qué hay con las generaciones venideras, los nacidos en los setentas e incluso ya, en los ochentas, escritores no sólo jóvenes, sino también maduros en cuanto a las propuestas de estética y narración que nos presentan?
Dentro de estas generaciones habría que señalar, de manera más específica, la obra de Claudia Apablaza, chilena, nacida en 1978, ya con tres libros publicados, uno de ellos en México, por Editorial Jus. La novela en cuestión, "Diario de las especies", editada también en Chile por la joven editorial independiente de Lanzallamas, es una obra profundamente inteligente, polifónica, atípica, que juega con las estructuras narrativas al tiempo que elabora las teorías literarias de la autora o bien, los acercamientos que ésta tiene con autores totémicos para las nuevas generaciones de narradores en Latinoamérica, como podrían serlo Vila-Matas y Nothomb.
La historia, contada a partir de un blog, qué joven latinoamericano no tiene uno, narra las peripecias de A.A. quien viaja de Chile a Barcelona buscando un sueño: convertirse en escritora. Guiada al principio por el ensueño de Vila-Matas, termina refugiándose en una biblioteca catalana donde tiene acceso no sólo a los libros, sino también a encuentros sexuales y finalmente, a una especie de casa inmóvil e inmaterial como lo es la literatura.
Cada entrada a este blog, donde Apablaza o A.A. describe cómo debe de ser una novela, cómo se inicia, cómo seducen o no los personajes, cómo se arma un puente narrativo, resulta gozosamente “comentado” por blogeros —anónimos o no—, que discuten, tensan, se burlan, afinan las ideas de A.A o bien, se le declaran, la invitan a salir, la detestan.
En este camino de escribir una novela, A.A. realiza varios ejercicios, acaso de los más interesantes es la divertida metáfora donde hace alusión a la búsqueda desesperada de las editoriales por encontrar autores jóvenes, metáfora cruel que, si bien es cierto, termina convirtiéndose en una utopía para muchos quienes nunca logran ver publicado su manuscrito. Otro de los puntos más interesantes para académicos o investigadores que lean la obra es el mapeo que A.A. realiza de los nuevos narradores latinoamericanos, esta generación de la que hablaba al principio: editoriales independientes, autores jóvenes, leyendas del medio, blogs y revistas electrónicas donde la misma Apablaza ha encontrado un medio de publicación o la blogaridad, esta necedad de compartir todo al mundo gracias a una página de internet, se entrelanzan formando una radiografía de lo sano que está el cuerpo literario en Latinoamérica, sacudido por las grandes novelas de mercado que, si bien, son literatura, no logran convencer ni convencerán a la tradición.
"Diario de las especies" es una novela que ofrece intensidad y dificultad. Que no la lean quienes busquen aventuras del siglo XIX o navíos cargados de asesinos; porque si bien, como lectores, todos somos herederos de estas historias que no dejan de seducir, como lectores de nuestro tiempo otras son las temáticas, otros los diarios, otras las especies. Esta novela es profundamente contemporánea. Y tal vez por lo mismo, ya un clásico dentro de las letras latinoamericanas.

Reseña realizada por Antonio Ramos.
 
Autora
 

Claudia Apablaza nació en Chile, 1978.  Estudió psicología y literatura. Ha publicado el libro de relatos "autoformato" (Lom ediciones, 2006) y la novela "Diario de las especies" (Jus Ediciones, México, 2008; Lanzallamas, Chile, 2008). Ha obtenido diferentes distinciones por sus cuentos. Su obra ha sido incluida en diversas antologías como: "Quince golpes" (Cuba, 2008), "Tiempo de relatos" (Booket, Planeta, España, 2008), "Mi nombre en el Google y otros cuentos" (Alfaguara, 2005), "Lenguas: 18 jóvenes cuentistas chilenos" (JC. Sáez editor, 2005), "Pozo" (Lanzallamas, 2006), "Bitácora perdida del teniente bello" (2007) y "El arca: bestiario y ficciones" (Sangría editora, 2007/La buena vida, 2008). Compiló álbum: "30 cuentistas hispanoamericanos" (2007) para Literaturas.com. Actualmente es profesora del Laboratorio de escritura y co-editora de la revista http://www.dadoroto.com/
 
Título: Diario de las especies. Autora: Claudia Apablaza. Medidas: 23 cm x 13.5 cm. P. 154. Género: Novela. Serie: Contemporáneos. ISBN: 978-607-412-015-8.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Reseña "Jesús Malverde. El santo popular de Sinaloa" de Manuel Esquivel


El santo de los narcos

"Jesús Malverde. El santo popular de Sinaloa" de Manuel Esquivel, Editorial Jus, 2009, págs. 160.

Conocido como el Bandido Generoso, el Ángel de los Pobres o el Santo de los Narcos, la figura de Jesús Malverde ha ingresado en la religiosidad popular a tal punto que su culto se ha extendido más allá de nuestras fronteras. Pero ¿realmente existió este salteador de caminos que a la manera de Robin Hood repartía dinero entre los pobres?
Tras de hacer una investigación histórica y con datos no revelados hasta el momento, Manuel Esquivel nos acerca, a partir de una interesante novela de aventuras, al hombre que decidió actuar frente a las injusticias y condiciones de esclavitud que se vivían en tiempos de don Porfirio.
En "Jesús Malverde", el santo popular de Sinaloa, el autor nos narra la incierta vida de Jesús Juárez Mazo, también conocido como Jesús Malverde, desde su nacimiento dentro de una familia campesina llena de privaciones, hasta la persecución sistemática que hubo en su contra, su captura y las misteriosas circunstancias que rodearon a su muerte.
A la par de Jesús Arteaga, mejor conocido como Chucho el Roto, el personaje de esta novela, Malverde, es el resultado del hartazgo que existía de una inmensa mayoría de desposeídos frente a la soberbia y el desdén de una minoría opulente.
Con gran fluidez narrativa Manuel Esquivel hace un auténtico retrato de la vida en el norte de México a principios de siglo XX de tal modo que podemos revivir: cómo fue la construcción de los ferrocarriles, la presencia de los inmigrantes chinos, el desesperado afán de los indígenas por defender sus tierras, las infamantes condiciones de las haciendas mineras, las ejecuciones y los caminos intransitables.
Ilustrado con las vigorosas ilustraciones de Iñaki Garrido, este libro atrapará a cualquier lector que guste de una historia bien contada.

Reseña realizada por Gabriela Santana.

Título: Jesús Malverde. El santo popular de Sinaloa. Autor: Manuel Esquivel. Ilustraciones: Iñaki Garrido. Medidas: 23 cm x 13.5 cm. P. 160. Género: Novela. Serie: Horizontes. ISBN: 978-607-412-010-3.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Reseña "El libro perdido de Heinrich Böll" de Liliana V. Blum


La pérdida

"El libro perdido de Heinrich Böll" de Liliana V. Blum, Editorial Jus, 2008, págs. 88.

Ahora resulta que no soy la única que sufre, Tadeo. (…) Claro que todos sufrimos, le dije. Somos judeo-cristianos, por las barbas de Alá. Se supone que es nuestra misión. Eso y sentirnos culpables cuando no estamos sufriendo, claro.

Un libro pasa de mano en mano. El título: "The Lost honor of Khatarina Blum". El autor, Heinrich Böll. ¿Qué tienen en común las mujeres que lo reciben? Una historia familiar trunca, una relación maternal deteriorada, pero sobre todo, una sensación de pérdida ante el mundo que las rodea.
En “Recién salido de una librería universitaria”, asistimos a la relación frustrada entre una alumna y su maestro de Literatura alemana. Ella se encuentra embarazada. Cada minuto cuenta, dice Allisson More, mientras asiste a la clase donde enfrentará la realidad con su pareja. Cuando éste se entera, sólo queda una solución, acaso la que más temía por posible, pero la menos deseada.
El libro queda en una banca y da pie al texto de “Sobre una banca cubierta de nieve”, donde se cuenta la historia de Helen Han, bibliotecaria que no desea visitar a su madre, recluida en un Sanatorio mental, después de ahogar a su hijo en una bañera. Helen realiza el viaje hasta Brownsville mientras repasa la triste historia familiar. “Helen Han. Triste, no quiero hacer lo que tengo que hacer”, escribe en las páginas del libro.
Doña Cande es la siguiente mujer en encontrarse el libro perdido de Heinrich Böll. Lo encuentra entre los mullidos asientos del sanatorio. El libro, de alguna manera, le recuerda a su hija en México, una hija que brilla no sólo por la ausencia corpórea, también por la espiritual, pero aún así, Doña Cande termina enviándoselo.
En México, el libro tiene dos dueñas inesperadas, una mujer que aspira a terminar el doctorado, con el fantasma de su madre exitosa sobre su hombro y una madre que recuerda la muerte de su hijo, no pocos años atrás, después de descubrir la homosexualidad de él.
Retrato angustioso de varias generaciones, "El libro perdido de Heinrich Böll" termina siendo un encuentro con el alma entrañable de las mujeres que lo toman por momentos y estampan en él la oración justa que las define en ese momento. Allisson Moore. Tengo miedo. Incertidumbre. Frío. Helen Han, triste. No quiero hacer lo que tengo que hacer. Candelaria Piña, abandonada por el mundo. Ingrid Henkel Olmos, huérfana de planes. Anamari Sáez, resignada a seguir viviendo.
Al final, el libro termina acaso, en el hombre que resume todas las tristezas de los personajes anteriores, un hombre que por un momento recuerdo su miedo, su incertidumbre y frío, que está resignado a seguir viviendo, huérfano de planes, al recordar sus días en los campos de concentración alemanes.
En esta visión perturbadora y nostálgica de la pérdida, Liliana V. Blum logra conmover, incitar, hacernos cómplices de los personajes que han llegado al libro o que el libro ha llegado a ellos. Todos han perdido algo y viven a pesar de esta pérdida o bien, alimentándola con su nostalgia. "El libro perdido de Heinrich Böll" se encuentra a fin de cuentas con ellas. Las complementa. Las vuelve finalmente, completas, ante el lector.

Reseña realizada por Antonio Ramos.
 
Autora
 
Liliana V. Blum nació en Durango, Mexico, en 1974. Ha sido becaria del FONCA, jóvenes creadores. Su obra ha sido publicada en diversas antologías y ha recibido premios en México e Israel. Ella es la autora de "La maldición de Eva y otras historias", de próxima publicación de Host Publications. Además de contar con traducciones al inglés de sus cuentos: Eclectica, Mslexia, StorySouth y Blackbird, los cuales han aparecido en diversas revistas literarias. Recibió su licenciatura en Literatura Comparada de la Universidad de Kansas y su grado de maestría del Tec de Monterrey. Los escritores que han influido en su trabajo son Rosario Castellanos, Margaret Atwood y Bret Easton Ellis. En 2005, su historia "Besos en la frente" fue seleccionado por story South 's para el Million Writers Award Notable Stories.
Título: El libro perdido de Heinrich Böll. Autora: Liliana V. Blum. Medidas: 23 cm x 13.5 cm. P. 88. Género: Cuento. Serie: Contemporáneos. ISBN: 978-607-412-001-1.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Reseña "Habla de lo que sabes" de Geney Beltrán Félix



"Habla de lo que sabes" de Geney Beltrán Félix. Novedad: Editorial Jus, 2009, págs. 196.

Una de las características más importantes de la generación de escritores mexicanos nacidos en los setentas es la búsqueda que realizan en el uso de las formas y temáticas que se alejan, en la mayoría de las veces, del gran tema nacional o gran tema de la tradición mexicana. La patria los ha desencantado. La patria, en su cuerpo nacionalista ya no da para más, como bien lo ejemplifica José Emilio Pacheco, uno de los escritores más leídos y respetados por esta generación, en su poema “Alta traición” donde dice: “No amo mi patria/ Su fulgor abstracto/ es inasible./ Pero (aunque suene mal)/ Daría la vida/ por diez lugares suyos,/ cierta gente,/ puertos, bosques de pinos,/ fortalezas,/ una ciudad deshecha…”

En "Habla de lo que sabes", de Geney Beltrán Félix, uno de los críticos más connotados de su generación y que se estrena en la narrativa con este libro, poco hay de ese amor a la patria pero sí de ciudades deshechas, de hombres corrompidos, agotados por el tiempo, sumidos en las neurosis de nuestros días. En “El cuerpo de Sicrano”, uno de los cuentos que conforman el libro, tenemos, por ejemplo, un anciano cartero que lo ha perdido todo y una chica que a causa de una enfermedad del corazón y la muerte de sus padres también se encuentra desvalida. Los dos están unidos precariamente por una novela escrita por el viejo y que éste le entrega a la joven mediante cartas.
Es con estos personajes con los que Geney Beltrán se sirve para construir una arquitectura de la miseria, acaso el mayor logro de este libro conformado por ironías y sarcasmos. ¿Qué puede lograr un viejo, que le entrega a una desconocida, su obra maestra? ¿Es tan fútil el arte como para ser desmembrado y olvidado ante los extraños?
Como este cuento, el resto de las historias de "Habla de lo que sabes", título tomado de un poema de Alejandra Pizarnik que exige al escritor hablar sólo de lo que es consustancial, es un muestrario de seres derrotados, perdidos en una gran Ciudad que puede ser ésta o cualquiera donde la confusión se sirve como eje rector de sus ciudadanos. En este muestrario habitan hombres que pierden casi de maneras mágicas la dirección de sus vidas, chicos que se pierden en una colonia mientras esperan la llegada de un gran escritor, un padre que olvida su pasado y se vuelve otro, un hombre que es capaz de mancillar a su propia hija.
Sarcasmo, absurdos, un lenguaje que sufre terremotos lingüísticos son algunas más de las cualidades de este libro escrito de manera magistral. Geney Beltrán Félix, quien ya ha dado muestras de una obra compacta para profunda, no hay que olvidar que obtuvo el Premio José Vasconcelos de ensayo, convocado por Tierra Adentro y que es compilador de una antología de la nueva ensayística mexicana, junto con Verónica Murguía, presenta en este libro sus armas narrativas y, al igual que en su mirada ensayística, nos conmueven al mundo sucio ante nuestros ojos, al mundo donde el absurdo es cosa de todos los días.

Reseña realizada por el editor Antonio Ramos.

Autor

Geney Beltrán Félix (Culiacán, Sinaloa, 1976) es editor y escritor. Estudió letras hispánicas en la UNAM y literatura inglesa en la Universidad de Toronto. Fue editor de literatura del FCE. Es director literario de Páramo Ediciones. Ha sido becario de la Fundación Lorena Alejandra Gallardo y la Fundación para las Letras Mexicanas (2006-2008).
 
Título: Habla de lo que sabes. Autor: Geney Beltrán Félix . Medidas: 23 cm x 13.5 cm. P. 196. Serie: Contemporáneos. ISBN: 978-607-412-053-0.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Reseña "Estados Unidos: ¿el país donde todos los sueños son posibles?" por Antonio Ramos




"Obama latino" de Wilbert Torre. Novedad: Editorial Jus, 2009, págs. 196.


¿Uno de los fenómenos culturales del principio del siglo XXI es sin duda el ascenso de Barack Obama a la presidencia de los Estados Unidos, proceso en el que se involucraron, acaso por primera vez, el grueso de la población latinoamericana residente en el país donde todos los sueños son posibles, como bien se encarga Hollywood de recordárnoslo en cada de sus producciones cinematográficas. Sin embargo, una vez pasada la etapa del sueño, de la victoria alcanzada, una vez que se deja atrás la estela de la euforia y de la mercadotecnia en libros, playeras y documentales, una vez que el calor del triunfo se desvanece, es necesario analizar con claridad no sólo cómo se obtuvo el tan ansiado triunfo, sino también, qué deparará el movimiento latino a favor del hijo predilecto de Chicago.
Justo de esto trata "Obama Latino", ópera prima de Wilbert Torre, un ensayo periodístico sobre los famosos ejércitos de Obama, pero más aún, sobre el hombre que los guió, Temo Figueroa, en colaboración con académicos y miles de latinos que, de casa en casa, salieron a todos los estados para librar las contiendas electorales de su generación. Por que si algo destila Torre en su libro, es la certeza de que para los latinos, esta elección fue su momento de cambio, la primera de las elecciones históricas en las que se verán envueltos y salieron con el puño en todo lo alto, victoriosos.
Además, estamos no sólo ante un trabajo de gran envergadura, sino ante la prosa y la inteligencia periodística de un hombre considerado como uno de los nuevos cronistas de Indias, según la Fundación Nuevo Periodismo que preside Gabriel García Márquez, un periodista, un sabueso de la información que también comparte opiniones y crónicas en la célebre revista peruana Etiqueta Negra, dirigida por Julio Villanueva Chag. Estos elementos, confabulados, hacen del libro una visión clara y honesta sobre el movimiento latino. Porque ojo, no estamos sólo ante un libro que se enfoca en Obama, si bien éste es la parte medular de la obra, es este Godot de Beckett, Obama como la esperanza perdida, alejada, ubicua, pero intermitente, estamos ante la radiografía de las luchas sindicales y por los derechos de los migrantes. Estamos ante la revisión histórica de una de las familias que más han luchado por los migrantes en Estados Unidos, los Figueroa Arreola.
A lo largo del libro nos queda claro que Obama es sólo la meta, pero la revolución, lo verdaderamente interesante, es ver cómo, bajo la tutela de Temo Figueroa, se canalizó todo este movimiento latino, dirigido, sí, por la causa de una elección, pero —¿qué nos garantiza que no se volverán a unir para pelear por sus otros derechos?—. "Obama Latino" es la suma de un ramillete de visiones: la radiografía de una campaña presidencial en los Estados Unidos, la visión humanística de un Obama latino, la recuperación de los nombres y hechos de los pricipales luchadores sociales latinoamericanos tras la frontera y acaso, la formulación de una serie de preguntas que ahora, ya pasada la euforia del triunfo, son como llagas: ¿Podrá Obama gobernar sin nuestro apoyo? ¿Podrán los latinos inmiscuirse con voluntad en los temas que les son inherentes?, ¿estamos ante el levantamiento de una nueva sociedad latina, que aprenda de sus triunfos? Todas estas preguntas quedan en el aire y sólo una certeza, la siguiente: este libro es indispensable si queremos saber hacia dónde se dirigen nuestros connacionales. Este libro es la revelación gozosa de que hay cosas que son posibles. Incluido que un negro llegue a la presidencia de la nación más poderosa del mundo, como si un gladiador romano, porqué no, llegara a ser emperador.

Reseña realizada por el editor Antonio Ramos.

Autor

Wilbert Torre nació en la ciudad de México y creció en Mérida, Yucatán. Ha sido corresponsal de los diarios Reforma y El Universal en Estados Unidos. En 2004 se hizo periodista independiente y colaboró con Etiqueta Negra. En 2008 fue elegido como unos de los Nuevos Cronistas de Indias por la Fundación de Nuevo Periodismo Iberoamericano que preside Gabriel García Márquez. Es corresponsal del noticiero de Carmen Aristegui en Washington D.C.
 
Más información / Cómo comprar libros de Jus / e-mail de ventas de Jus 
Título: Obama Latino. Autor: Wilbert Torre. Medidas: 23 cm x 13.5 cm. P. 196. Serie: Res Pública. ISBN: 978-607-412-036-3.

martes, 8 de diciembre de 2009

Reseña "Corazón Mecánico y la importancia de la ficción" por Gabriela Santana



El universo de los libros abre sus brazos a los jóvenes lectores con fuerza renovada. Con mayor frecuencia vemos obras literarias dedicadas al público adolescente, y sabemos que las editoriales. Se han dado cuenta de que no hay lectores más extraordinarios que los jóvenes. Ellos se dejan llevar a lo fantástico, al mundo de ficción que completa sus vidas y los ayuda a entrar en ellos mismos.
En este sentido de aportar una historia a la vez que hacer una reflexión sobre la ficcionalidad, el libro de Juan Carlos Quezadas, "Corazón Mecánico" debe instalarse entre los textos imprescindibles de nuestra biblioteca.
Con fabulosa imaginación, en "Corazón Mecánico" se nos narra la historia del propio Quezadas al internarse en el centro Histórico en busca de un tema que publicar en editorial Jus. El anuncio de un negocio dedicado a la fabricación de autómatas le llama la atención y decide entrar. A partir de ahí el narrador perderá su vínculo con lo “real” y dará un salto a lo extraordinario al enfrentarse a personajes enigmáticos, como el fabricante de autómatas y su extraña hija.
La temática del padre inventor y la hija mecánica nos recuerda Los autómatas de Hoffman. Obra que sirviera de inspiración a ese maravilloso ballet Coppélia en donde se narran las peripecias de Franz al entrar al universo del doctor Coppelius.. Como Hoffman, Quezadas encuentra en lo mecanizado, en eso que no controlamos y que parece tener vida propia (sólo que sin afectos ni empatía) un natural tema de terror.
Lo interesante es que al entrar en la aventura de Quezadas ingresamos en un mundo sombrío en donde los propios escritores, esos seres oscuros y llenos de mañas, son observados también con lupa.

Reseña realizada por la editora Gabriela Santana.

Autor

Juan Carlos Quezadas nació el 22 de diciembre de 1970 en la Ciudad de México. Es egresado de la Escuela de Escritores de SOGEM. En 2002 ganó el Concurso Sofía Platín de Ficción Súbita. En 2005 recibió el Premio Juan José Arreola de Cuento con el libro "Fotografía de la página 14", (Universidad de Guadalajara, 2005). En 2006 ganó el concurso de Cuentos de Futbol organizado por el periódico Récord. Y recientemente el premio Barco de Vapor, 2008, con "Biografía de un par de espectros, una novela fantasma", SM.
Tiene publicadas cuatro novelas de literatura infantil "La videocasetera ya no está a dieta" (Editorial Castillo, 2003); "Un Dragón morado y otros contratiempos" (Editorial Progreso 2004); "Diario de un desenterrador de dinosaurios" (Ediciones El Naranjo, 2007) y "La montaña de la lluvia eterna" (Editorial Progreso, 2007). Participó en la antología de historias de terror "Siete habitaciones a oscuras" (Editorial Norma, 2007) con el cuento "Muchas moscas, muchas". Le gusta jugar futbol, ver películas en la tele y hacer crucigramas mientras come un tamal de rajas. Dice que fue Pitbull en la otra vida aunque todos le dicen El Gato.

Género: Novela juvenil. Colección: Contemporáneos. ISBN: 978-607-412-005-9. Ilustradora: María del Mar Hernández.
 


Reseña "La doble moral desnuda a los personajes" por Antonio Ramos




"Crímenes en el crepúsculo" de Francisco Prieto. Novedad: Editorial Jus, 2009, págs. 116. 

Una chica ha sido secuestrada. La familia es una de las más encumbradas de la ciudad. Le hablan a un negociador. El negociador termina siendo secuestrado. Esta podría ser la reseña breve de "Crímenes en el crepúsculo", la más reciente novela de Francisco Prieto, uno de los escritores mexicanos más connotados de su generación.
Con una prosa ágil, una estructura compuesta por los diarios de la chica secuestrada, el negociador y un reportero de policía, Prieto va tensionando las acciones de la novela y nos lleva por un sin fin de vueltas de tuerca. Resulta curioso señalar que los personajes de Prieto, todos ellos, se mueven siempre por una doble moral que desnuda a los personajes y los deja más cercanos a su esencia, a los vicios y virtudes que los amagan. Ejemplo de esto resulta la alta calidad intelectual de varios de los personajes del libro, como el propio negociador y el secuestrador, unidos por un pasado de espionaje, pero llevados cada uno por sendas distintas que no por ello, los alejan de la vida intelectual, del buen comer moral que dan los libros, mismo que les sirven para expulgar lo bueno y lo malo de cada una de sus acciones, sin juzgarlas, sólo contemplándolas como se ve, decía Aníbal, una cabeza cercenada sin inmutarse.
Sin embargo, es un libro que resulta enternecedor. Porque a pesar de la violencia que representa, de estos personajes amorales, como la Enrique y Elsa, los padres de Cecilia, la chica secuestrada, atiborrados de dinero por sus negocios rectos y no tanto, el punto neurálgico del libro es la disección que Prieto hace del síndrome de Estocolmo, esa forma como construye la psicología de Cecilia, una chica adinerada que de pronto descubre, gracias a su secuestro, que no sólo ama a su secuestrador, sino que este hombre también la ha “secuestrado” a una vida mejor, una vida con una conciencia más plena, acaso más terrible, de lo que es el sufrimiento de los miserables, como dice en unos de los diálogos en que Cédric, el secuestrador, le dice: “Yo sé que si te matamos como eres tú en este momento te haríamos un gran bien.” Entonces, Crímenes en el crepúsculo, sí, habla del secuestro, pero como toda obra fundamental de nuestro tiempo, también habla sobre el hombre, sobre el sitio en el que nos encontramos, en el que tomamos decisiones. Y finalmente, habla sobre el amor, esa patología que nos hace volvernos locos por una chica que nos entrega un dulce o nos apunta con una pistola a la sien y corta cartucho.


Reseña realizada por el editor Antonio Ramos.


Autor
Francisco Prieto, novelista, dramaturgo, ensayista y catedráticos. Desde 1989 es titular del programa radiofónico Huellas de la historia que se transmite en estaciones de Grupo Radio Centro. Ha publicado diez novelas, cuatro obras dramáticas y numerosos ensayos sobre Literatura, Filosofía y Teoría de la Comunicación.


Más información / Cómo comprar libros de Jus
Título: Crímenes en el crepúsculo. Autor: Francisco Prieto. Medidas: 23 cm x 13.5 cm. P. 116. Serie: Contemporáneos. ISBN: 978-607-412-056-1

Reseña "Malayerba" de Javier Valdez Cárdenas


SIEMPRE EL NARCO

"Malayerba" de Javier Valdez Cárdenas. Novedad: Editorial Jus, 2009, págs. 216. Prólogo Carlos Monsiváis.

El narco. Siempre el narco. Los libros del narco dominan el mercado editorial desde Los abogados del narco hasta El cartel de los sapos, pasando por la singular Sin tetas no hay paraíso. El mundo del narco ha encontrado una veta lectora en el público mexicano tan acostumbrado a la muerte y educado sentimentalmente con la revista Alarma y los corridos.
Sin embargo, este mundo narrado del narco, expuesto, puestas sus tripas ante el lector, siempre han sido las historias de los jefes, de los pistoleros, las historias de los que mueren en un cruce de caminos o son ultimados tras las bardas de los cementerios. ¿Por qué, entonces, es importante publicar un nuevo libro sobre el narco?
La respuesta es simple, porque no ha habido, hasta hoy en el mercado y en el colectivo de la memoria, un libro que aborde no a los narcos, sino a la gente común y corriente, al mexicano que vive con miedo, un libro que recopile el terror en los niños y también la aceptación de la violencia como parte del día a día en nuestra sociedad.
Las crónicas reunidas en "Malayerba", de Javier Valdez Cárdenas, uno de los cronistas del narco más importantes de la actualidad, traen ante el lector a niños que sueñan con ser narcos de grandes, a jóvenes pistoleros que, ante la caída del capo protector, roban en las residencias del caído lo último que puedan de ropa costosa, perfumes, cintos.
En las historias de este libro nada queda al arbitrio del olvido. Todo se recuerda: el cazador que sueña con ver una paca de coca que caiga de una avioneta, el capo que obliga a sus sobrinos a que mantengan el orden so pena de ser asesinados, el niño que lleva a la escuela el video de un tortura y lo muestra a sus compañeros para dejarles en claro con quien se junta él, el mexicano que, al andar en París, se encuentra con una exposición sobre el narco y se siente en casa, la chica que sueña con volver a su casa en Culiacán y huye a las semanas después que ha visto al menos tres asesinatos en su colonia en un día.
Escrito además con un lenguaje que nos acerca a lo norteño, en Malayerba está de manera velada, una crítica a la sociedad de nuestro tiempo, al gobierno de nuestro tiempo. Tal parece que no hay justicia ya, que vivimos en un borde angustioso de soledad y venganza, como bien lo apunta Carlos Monsiváis en el prólogo que escribe sobre este libro: “De tantos jefes policíacos muertos, ¿Cuántos en realidad van al cielo?”
Duro y cómico, mordaz y cínico, "Malayerba" está llamado a convertirse en el libro que nos hablará a nosotros, no sobre los capos, sino como vivimos ya ante su poder e influencia. Javier Valdez Cárdenas nos entrega el mundo del mañana, en el que balas y sangre son ya la herencia que le dejamos a nuestros hijos.

Reseña realizada por el editor Antonio Ramos.

Autor

Javier Valdez Cárdenas, Culiacán, Sinaloa. Es cronista y colaborador de varios medios de comunicación entre ellos La Jornada, donde trabaja como corresponsal en Culiacán. También es reportero fundador del semanario Ríodoce. Es considerado uno de los cronistas del narco más importante de nuestra época.

Título: Malayerba. Autor: Javier Valdez Cárdenas. Medidas: 23 cm x 13.5 cm. P. 216. Serie: Contemporáneos. ISBN: 978-607-412-055-4.

Video de la presentación de "Malayerba" en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, 2009. Presentaron Élmer Mendoza ("Balas de plata") y Rodolfo Naró ("El Orden Infinito").



Presentación "Traductora de sentimientos" de Hélène Rioux




MARTES 8 DE DICIEMBRE 2009
19 HORAS. ENTRADA LIBRE.
DONCELES 66, CENTRO HISTÓRICO
Entre Palma y República de Chile
Metro Allende

Con las presencia de la autora Hélène Rioux
y el traductor Roberto Rueda.
Firma del libros al terminar el evento
Precio especial del libro por presentación
Más información:
difusion@donceles66.com.mx
telf. 91501468 / 50047219


Reseña "Traductora de sentimientos" de Hélène Rioux


Traducir a un asesino serial

"Traductora de sentimientos" de Hélène Rioux. Novedad: Editorial Jus, 2009, págs. 206. Traductor: Roberto Rueda Monreal.

Una traductora de novelas rosas recibe el encargo de traducir la biografía de Leonard Ming, un asesino serial recientemente ejecutado. Buscando paz y espacio para trabajar decide volar de Canadá a un pequeño pueblito español, ubicado en la costa mediterránea. En el viaje encontrará a una mujer como ella, que se enfila hacia la etapa de su madurez y también a un elegante hombre que se vuelve su amante, a una mujer mayor que espera la muerte y la vida también en aquel pueblo costero.
Sin embargo, siempre hay sin embargos en la vida, la traducción del libro de Leonard Ming, la soledad del pueblito costero, la llevará a buscar respuestas ante los misterios que devela poco a poco ante el lector y entre el que destaca, acaso, el principal: la pérdida de su hija, extraviada años atrás. ¿Habrá encontrado esa hija suya a su asesino? ¿Se habrá perdido su hija como las chicas de las que se entera por un periódico español, están desaparecidas desde hace semanas? ¿Será Leonard Ming el asesino de su hija? ¿Al traducirlo, no vuelve a la vida la estela de terror y de violencia de Ming?
Esta novela, traducida por Roberto Rueda Monreal, como parte del programa de apoyo a la traducción del FONCA, es una obra profunda y bella. Habla sobre la capacidad de volvernos otros y de abrazar a los otros mediante su pensamiento, por más espinoso que éste sea, como dice Eleonore, la protagonista del libro: “Me encuentro forzada a abrazar su pensamiento. Ya no puedo permanecer en la superficie. Entro en él, nuestras identidades se mezclan. Se crea entre él muerto y yo viva una terrorífica intimidad”.
Esta obra, que le ha agenciado diversos premios a Hélene Rioux, como el Ringuet y el de la Academia de Letras de Quebec, es un bello retrato de la maldad vista con empatía. No hay violencia peor que aquella a la que nos sentimos atraídos, puede ser acaso la mayor revelación que contiene las páginas de este libro.

Reseña realizada por el editor Antonio Ramos.

Autora
Hélène Rioux nació en Montreal. Pasa parte de su tiempo en Québec y España. Ha recibido numeros premios como el Ringuet y el de la Academie des letras de Quebec por Traductora de Sentimientos y el premio QSPELL por su trabajo como traductora.

Traductor
Roberto Rueda Monreal es politólogo egresado de la UAM y tiene un diplomado de Traducción Profesional del Instituto Francés de América Latina. Es articulista de medios como Milenio y NotieSe. Ha traducido otros libros que se encuentran actualmente en el mercado como Quetzacoatl, el Hombre Huracán y La iglesia ortodoxa.


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