martes, 5 de enero de 2010
Fragmento "Necrologías" de Antonio Ramos
1. Hace un momento, en la carretera, vi a un atropellado y sólo encontré un trozo del tórax sobre el asfalto, alcancé a distinguir, también, el brazo hasta el codo y nada más.
Mucha gente miraba los restos al lado del camino.
Cada que lea este texto, invariablemente, ese tórax y ese brazo hasta el codo aparecerán frente a mí y como hace un momento, con morbo palparé mi brazo y mi tórax para consolarlos.
2. Somos un pedazo donde no hay evolución y tal parece que la genética ha hecho lo posible para condenarnos a esto. Nuestros cuerpos viejos, carentes de originalidad, se aferran a la vergüenza de nuestros huesos pero no podemos hacer nada más. Vivir con esta certeza de que somos el producto de muchas copias es la única manera de no engañarse. Mitosis, dicen los biólogos. Por nuestras venas no corre la transformación evolutiva de nuestro tiempo. Nuestras falanges, pulmones y oídos están en la burda pasividad donde la evolución no existe. Amamos siempre de la misma manera aunque pensemos que nadie amó igual, odiamos con la misma
cerviz endurecida de Faraón, el egipcio. Nuestros ojos han visto un monte mil veces repetido por vez primera. Para imitar hemos nacido. Incluso nuestra muerte no será original.
3. Hace mucho que no me emborracho y no termino un libro, que no tengo sexo ni salto a vagones con rumbo a ciudades distintas. Ni fumo marihuana, ni escucho un disco de jalón. Mis ojos están ciegos a nuevas serranías. Hace tiempo no agarro a golpes a desconocidos, ni escribo algo que en realidad me guste.
¿A qué jodidos estoy jugando?
Tomado de Negrologías del cuerpo, Libro primero de "Necrologías" de Antonio Ramos.
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